miércoles, 1 de julio de 2009

Un decálogo para debatir

1. La pobreza no tiene causas, siempre empezamos siendo pobres y siempre podemos dejar de serlo. Cómo se sale de la pobreza ha sido ya ensayo con éxito repetidamente.

2. Lo que se protege con dadivas se debilita, por eso la beneficencia fomenta la pobreza

3. El despilfarro en programas sociales no es un acto de justicia sino es beneficencia con dinero ajeno. Las verdaderas consecuencias de eso sólo se miden a largo plazo.

4. El socialismo que expropia toda la riqueza de la fuerza de trabajo y la coloca en manos del Estado, "para solucionar el problema de todos", termina por esclavizar al ser humano.

5. El "moral hazard", o incentivo perverso de la ley, es la otra cara de las buenas intenciones que se traducen a malos resultados.

6. La creatividad humana que cerró la brecha relativa entre ricos y pobres en el siglo XIX y XX puede hacerlo de nuevo si la legislación es la correcta.

7. La riqueza si tiene causa: respetar la vida, la propiedad, los contratos y la familia, produce riqueza, gracias a la legislación correcta.

8. Los tercerismos y vías intermedias son ejercicios intelectuales y nada mas, debido a que toda la teoría esta dada y se resume en esto, la riqueza que quieres repartir tienes que crearla primero; y no la creas con la misma legislación con que la repartes... la legislación "repartidora" jamás puede producir riqueza y es, a largo plazo, empobrecedora.

9. Hablar de la beneficencia en otras sociedades, sin conocer su historia económica, ni sus limitaciones o sesgos políticos, no nos da suficiente criterio para opinar. Se requiere no sólo saber de lo que opinamos, sino reflexionar sobre la congruencia de nuestra opinión.

10. No es sólo asunto de tener ideas claras, es también de asumir compromisos responsables. El mundo no es, ni será jamás justo, ni compasivo ni bueno. Los hombres que creemos serlo, debemos empezar manifestándolo en nuestras acciones y asumiendo responsabilidad por ellas.

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