domingo, 26 de julio de 2009

Libertad, Igualdad y Fraternidad

Hambre e inflación movieron a las masas a un largo proceso de cambio. El 11 de Julio de 1789, tras comprobar la indiferencia del monarca, explotó la Revolución Francesa, con la toma de la Bastilla. Este mes, la gesta francesa se halla de aniversario. La reflexión sobre la libertad viene de las civilizaciones griega y romana, como de la tradición cristiana. Pero la Revolución Francesa le dio un giro secular. La libertad que nace de la razón, sin tradición, sin moral, es ahora libertad “liberada”.

Lutero había hablado de la libertad de conciencia, ante Carlos V, en 1521. Los prusianos, tras el crecimiento del sector público que amenazaba a las libertades personales, acuñaron el termino Reghtsstaat, Estado de Derecho, en 1871. Lo definen como la protección de los derechos individuales, anteriores y superiores al Estado.

Un siglo después de la explosión gálica, se vio que ella podía también ahogar esos derechos. El giro que elimina la tradición y la moral puede convertir al ser humano en mero dato de la ingeniería social. El énfasis en la razón ordenadora y el positivismo de August Comte, llevado al Derecho, hízo de las normas “el dato” par excellance. La ley es lo que cuenta no tanto su origen. Jean de Bodine había justificado la ley sin el consentimiento de los gobernados. Ella puede ser superior a la persona humana y a sus derechos, en nombre de otro dato positivo, el pueblo. Así lo probarían con creces las “Leyes de Nüremberg” (1935) y las Constituciones de los Estados marxistas del siglo XX.

La verdadera libertad termina en donde empieza el derecho ajeno, coincidieron griegos y romanos. La pone en riesgo aquello que puede coartar la acción deliberada, respetuosa del derecho ajeno y de la ley. De donde, libertad es la ausencia de coacción del Estado abusador o del delincuente. En Iberoamérica, la libertad termina en dónde empieza la vida por permiso del derecho positivo, destacado por H. Kelsen (1927).

Hoy, regímenes autoritarios disfrazan la "libertad" con leyes malas. El control de un hombre o de una ley produce los mismos resultados. Pregonan la libertad soberana del Estado, mientras coartan las libertadas de la persona, obligándola a vivir por permiso.

Las revoluciones que triunfan, tarde o temprano, descubren que la ley es el coto a la monarquía. En Iberoamérica, las oligarquías se funden con el caudillismo de izquierdas y derechas, precisamente por no entender el papel de la ley, único valladar a toda entromisión.

Sobrevive mejor la libertad en donde: 1. se da la verdadera separación de poderes; no en la “república” que hace monarca al ejecutivo. 2. La administración pública se encuentra bajo el examen forense de un Fiscal General y de un Contralor de Cuentas independientes; y no bajo los largos tentáculos del presidencialismo.

3. También requiere separar mas cabalmente, en el poder legislativo, las Cámaras y jurisdicciones de lo público y de lo privado. Esto en vez de una legislación afanada en hacer de cada acto de los ciudadanos un hecho político bajo el escrutinio de alguna ventanilla del Estado.

Finalmente, 4. el fortalecimiento del poder judicial, en su presupuesto, e independencia en el nombramiento de sus jueces, que aplican la misma ley a todos. Estos elementos son la base de la reforma constitucional propuesta a los guatemaltecos por Proreforma. Esa es la génesis de la verdadera Libertad, Igualdad y Fraternidad, y el ajuste republicano al largo capítulo iniciado hace doscientos veinte años en Francia.

1 comentario:

  1. Amigo Guillermo, ¿cómo estás?
    En mi blog tienes el premio "BLOG DE ORO", bien merecido por tu trabajo.
    Cuando quieras o puedas te das una vueltica para que lo recojas.
    Besos.

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