domingo, 27 de marzo de 2011

El dinero: Usted vs el Estado

Cuando usted mete su mano en el bolsillo o saca de su billetera dinero, no piensa en las implicaciones de lo que mencionaremos aquí. Seguro que lo que ha sabido sobre el dinero es tan antiguo como su vida misma y por eso no piensa en él de manera diferente. Primero, es interesante pensar que el dinero no siempre ha tenido la forma que hoy tiene. Anterior a esta forma el dinero era toda aquella mercancía de la que me podía deshacer para intercambiarla por otra. Exacto, eso se llama trueque y eso fue el dinero antes de lo que conocemos hoy. Pieles, cacao, metales o animales fueron moneda a la vez que eran bienes de consumo.

Pero ¿cuál era el propósito del dinero originalmente? Debido a los problemas que el trueque generaba, la gente descubrió la moneda como medio de intercambio. El dinero tenía como propósito poder separar el acto de comprar del acto de vender. A eso le llamamos facilitar el intercambio. Otro propósito era tener un depósito de valor desde el cual poder descargar tu riqueza para poder comprar y poder vender en cualquier momento sin sufrir pérdida de valor, con transacciones a lo largo del tiempo. Así se guardaba el valor de un día para otro, para poder hacer uso del dinero. Finalmente, el otro propósito era hacer posible el cálculo económico. En otras palabras, servir como unidad de cuenta para saber cómo invertir, cuanto gastar y a qué precio vender para tener ganancias.

Segundo, a finales del siglo XIX la institución del dinero sufrió un cambio. La discusión en el siglo XVIII y XIX había sido como se respaldarían la emisión de moneda, por un lado, y los ahorros, por el otro, con el 100% de reservas; no se discutía si eso era bueno o deseable, sino cómo lograrlo. Pero al final del siglo XIX, cuando esa misma discusión se planteó de nuevo, en lugar de evidenciar los daños que las reservas fraccionarias causarían al patrimonio, se descartó la discusión de modo triunfalista. No pasó mucho tiempo para que el sector público asumiera como cosa propia el control de la emisión de moneda y se olvidara de la discusión de la expansión del crédito por medio de los depósitos a la vista.

Tercero, el sector público con la concentración de poder, de la emisión monetaria y de la voluntad política para hacer uso de ella a su antojo, empezó a experimentar con la moneda expandiendo el dinero en poder del público. Esto interfirió en los precios, afectando a todos los bienes relativamente, es decir, suben los productos pero no los salarios (ambos son precios), pero no suben igual. Tras esa distorsión de precios el dinero perdió su papel como herramienta útil para que el consumidor soberano se pronuncie sobre qué productos satisfacen o no al consumidor.

Cuarto, el gran cambio que sufrió la filosofía del dinero en manos del sector público fue la de utilizarlo para dar créditos sin que antes hubiese ahorros; también para financiar las deudas de manera mas barata, digamos a inversionistas ineficientes; pero, de manera especial para financiar el gasto “beneficioso” del Estado. 

 Así, se re definió el dinero facilitando el pago de las deudas de los insolventes, facilitando la descarga de la producción ineficiente, e imponiendo la idea de que el Estado puede usar el dinero en "función política," independientemente del mercado, dado que es él quien lo emite. El resultado de eso ha sido que el consumidor ha perdido la capacidad de premiar a los productores eficientes (inflación); de igual manera, el Estado sufre de gigantismo con su uso político de la moneda (elevado gasto público) y, finalmente, se ha hecho difícil el cálculo económico (burbujas económicas).

Nuestra idea es devolverle el dinero a la población. El dinero no tiene nacionalidad, ni expresa soberanía, como tampoco lo expresa la carne o las verduras que se consumen en una región o país. Si las pieles, el cacao, los metales y animales, la moneda de ayer, fueron propiedad privada, no veo porque la emisión de la moneda hoy no pueda serlo. Detrás de la  lucha contra la inflación lo que se haya es un argumento a favor de la protección de los derechos de propiedad de todos los ciudadanos. Sacar al gobierno de la emisión de moneda no quiere decir facilitar el pillaje; quiere decir, basar la emsisón en confianza, confianza y mas confianza en vez del curso forzoso. 

viernes, 11 de marzo de 2011

La evolución social requiere modestia

La máxima socrática "solo se que nada se", es el argumento toral del poder creador de una sociedad libre.  Concedemos que es un argumento abstracto y por ende más difícil de entender. Esta idea refleja la escuela de filosofía escocesa del siglo XVIII. Fueron ellos quienes vieron la realidad humana desde el cambio o la evolución social. La sociedad evolucionó sin que se haya dado un plan o diseño de nadie. A la inversa, es lo que ellos llaman un plan o diseño natural. Esto sucedió un siglo y medio antes de Darwin. Así que el primer punto a notar aquí es que ellos reconocieron que hay una evolución social.

En un período posterior a Darwin surgió  Herbert Spencer, a finales del siglo XIX, cuando ya la evolución biológica era bien conocida. Entonces  Spencer aplicó el método de evolución biológica a la sociedad. Ese intento se conoce como darwinismo social y ese modelo no es el de los escoceses. La diferencia es que la evolución de los escoceses es social y no biológica. La característica principal de la evolución biológica es la supervivencia del más apto, de ahí que en el darwinismo social, los pobres, los ancianos y los enfermos, los menos inteligentes son una carga. Eso va contra muchas cosas y por ello esa postura es muy criticada. Hoy sobreviven atendidos por instituciones que los protegen. Los padres cuidan de los hijos y luego los hijos cuidan de los padres. El darwinismo social, que repito, no es escocés, diría que hay que eliminarlos o que no hay que protegerlos. 

Evolución social
Evolución Biológica
Darwinismo aplicado a lo social

¿Qué entendían los escoceses por evolución social? No era la evolución biológica tampoco. Es el hecho de que las grandes instituciones que el hombre conoce, el lenguaje, el derecho, la moneda, las normas, el intercambio, las ciudades europeas, surgieron espontáneamente, obedeciendo al paso del tiempo, siguiendo el ritmo de miles de decisiones que no están registradas en ningún lado pero que no por eso pueden negarse. Cuya característica principal consiste en no haber seguir el plan o diseño arbitrario de alguien en particular, sino ser fruto de las decisiones de todos en general.

Veamos algunos ejemplos. El  lenguaje por ejemplo es espontáneo. Juan de Nebrija escribió la primera gramática española en el año 1492. Ahí se recoge lo que había evolucionado socialmente. En Guatemala están los jueces de agua que deciden, según la costumbre, como debe repartirse el agua del rio Motagua entre agricultores. Otro ejemplo, los tabúes sociales, como el incesto o el canibalismo, son desarrollos espontáneos sin que nadie los planee; el folklore, es estatus social de hombres y mujeres, los valores de las sociedades nomádicas, o cazadores y recolectores, es asunto de la evolución. 

Adam Smith, profesor en Glasgow, escribió su Inquiery into the Wealth of Nations en 1976. Según Adam Smith los precios libre también son producto de la evolución y no del diseño. Son los precios que reflejan los procesos más eficientes para asignar racionalmente los recursos. Los escoceses dijeron que hay una gran cantidad de cosas que nos son sumamente útiles y que nadie planeo o diseñó. Detrás de esas fuerzas espontáneas suponen que cada individuo que tropieza con ellas por casualidad usa su mente y razona. Esas experiencias del que habla, del que ofrece productos, del que prohíbe relaciones incestuosas, ese es un conocimiento disperso, que jamás se podría programar.

Supongo que la razón por la que Hayek, un austro alemán, se adentró en el mundo escoses, es porque al adentrarse en la economía vía la jurisprudencia, se quedó maravillado con el sistema de precios. Es un millón de experiencias humanas, irremisiblemente dispersas en el tiempo, resumidas en un precio: el valor digamos de un libro. El sistema de precios es un sistema de información. ¿Qué hay detrás de ese precio? La suma de miles de decisiones, del que organiza el corte de árboles; del que da en  préstamo el capital; del jornalero cortador de madera; del valor de la pulpa en el mercado; de las máquinas usadas para cortar madera; del procesamiento químico y técnico del papel; del transporte de los elementos; de las ganancias de cada proceso; incluso, las ganancias de quien escribió el texto reproducido en la obra. Resultado: el precio de un libro. Aun la suma de todos los costos de los diversos factores de producción está ya presentes en ese precio. 

Las instituciones más importantes para el ser humano: la propiedad, el derecho, el dinero, los precios, el lenguaje, no podrán jamás responder a un diseño. Este es el gran descubrimiento, y en cierto sentido la raíz de todo el proyecto liberal. ¿Por qué? Porque frente a esa posición esta otra. La que dice que todas las instituciones son producto de la razón y el diseño del hombre. Por el contrario, el liberalismo dice no es el hombre el que hace su cultura sino que esta le hace a él dadas las creaciones culturales de otros. 

viernes, 4 de marzo de 2011

La libertad del individuo: el aspecto social

Entendemos por libertad, la ausencia de coacción arbitraria de otro sobre mis bienes, mi libertad o mi vida. Cuando hablamos de la libertad estamos hablando de la libertad del individuo. No de la autodeterminación de los pueblos. Libertad es también fijarse metas y escoger los medios para llegar a alcanzar esas metas. Si parcial o totalmente se me impide escoger las metas y los medos para alcanzarlos, en ese sentido dejo de ser libre. Como Alemania hoy con el Numerus Klausus, donde no puedo estudiar medicina o ingeniería si no estoy entre los primeros 100 estudiantes que aprueban el examen. En Guatemala no soy libre en un ¼ de mis ingresos, debo pagar impuesto sobre la renta, el impuesto que penaliza el éxito.

El engaño también usa arbitrariamente de mis ingresos, o de mi voto o de mi tiempo. La mentira en los contratos que no se cumplen dispone de los recursos ajenos de manera distinta a si yo los hubiera usado para mis fines. Entonces la liberta se pierde en la medida en que estoy sujeto a la voluntad arbitraria de otro o a la mentira. 

La libertad solo se plantea en sociedad. El hombre siendo un ser social siempre tiene problemas de libertad. Los personajes míticos Tarzán o Robinson Crusoe no los tendría. Pero el hombre normal, sea en la familia, en el club o en la sociedad, siempre puede perder su libertad. Por eso decía B. Franklin que el precio de la libertad es una eterna vigilancia. 

Al hablar de libertad, lo hacemos en el mundo de nuestras relaciones. Ese es el fuero externo en el que se aplica la definición ofrecida. Por fuero externo nos referimos a lo que Hayek llama el ámbito de las relaciones. Presenta el caso del escalador de montañas que un risco difícil de escalar sigue siendo libre aunque no tenga muchas opciones. Y si ese mismo personaje cae en un hoyo del que no puede salir, no podemos decir que es cautivo, aunque lo esta solo en sentido figurado, porque no esta en esas circunstancias por razones sociales.

Para entender la libertad en sentido negativo, "la ausencia de coacción", Hayek plantea el problema que él llama el problema originario de la libertad. ¿Cual era?  La esclavitud. Hablar de la esclavitud es en gran magnitud hablar de la imposición de la voluntad arbitraria de otro sobre mis acciones. Sobre la esclavitud podemos decir que fue practicada en todas las culturas. Era lucrativa y aceptada por las mentes más brillantes de la Grecia clásica: Platón y Aristóteles. Pero fue abolida por la tradición cristiana que se oponía a considerar a otros hombres como sujetos a servidumbre. En Guatemala se abolió en 1823, es decir antes que en Estados Unidos. Otra causa para su abolición fue la marea liberal. 

Uno de esos pensamientos es el de Emanuel Kant: Ninguna persona puede ser considerada como medio para las metas o fines de otro contra su voluntad. Pero, por otro lado, si permite utilizar a los hombres como medio, mutuamente, en la contextura de la división del trabajo. No puede hacerse contra la voluntad de la persona. Eso tiene un nombre concreto, el del contrato. El contrato  es una confirmación de que los hombres pertenecen al reino de los fines de Kant. Aún ahí, el hombre sigue buscando sus fines libremente. Así, el hombre es un fin en si mismo siempre. No puede ser mero medio y no pude ser reducido a ser propiedad de otro. Este es el argumento histórico toral contra la esclavitud.