jueves, 2 de julio de 2009

¿Es posible deponer a un presidente centroamericano?

¿Qué hacer con un presidente, constitucionalmente electo, que decide sistemáticamente violar la ley? Esa es la pregunta filosófica y muy práctica frente a los hechos en Honduras. El caso es importante en esa luz, porque los representates del pueblo, se la jugaron frente al presidencialismo, modelo político propio de Honduras e Iberoamérica.

No es secreto que, precisamente, muchos de los que hoy gritan, justicia, justicia, justicia, son los mismos que violan la ley en sus respectivos países (¿Aló, aló, SICA?; ¿hola, hola, ALBA?; ¿bueno, bueno, Río?). Hoy se rasgan las vestiduras, buscando honrar la ley, en la cual, han dado repetidas muestras, de no creer.

Quizá, lo que verdaderamente, se logró, sea algo mas que una salida al problema político que plantean las facciones en un país. Sugiero que, el verdadero logro, es decantar el problema de fondo, que consiste en el “crónico problema legal” del presidencialismo.

La gran lección es la sensibilización a todos los “derechistas”, que ahora son todos, en tanto exigen salidas conforme a “Derecho”, sobre la fragilidad de la ley cuando del poder ejecutivo se trata. ¿Tienen los “derechistas” razón? Si y solo si, era posible juzgar a Manuel Zelaya en Honduras.

Pienso en dos cosas muy puntuales. Una es que el “presidencialismo” es una de las grandes fuentes de relativización de la ley. El presidente, en la práctica política centroamericana, resulta ser más grande que la justicia; tiene más prerrogativas fácticas a su servicio; y puede comprar voluntades legislativas, judiciales y políticas, con el dinero del pueblo. Eso de que “puede”, no es mero modo “potencial”, es real, sucede todo el tiempo.

El segundo punto, es que esa fuerza neta o poder coloca al presidente en una posición intocable. Es Comandante del Ejército; Jefe del Ministro del Interior que controla la policía. Su palabra es ley y, un gesto, basta para salir a la guerra en su defensa personal. Por eso, es ridículo culpar al ejército en este concierto bien sintonizado de acuerdos institucionales en contra de Zelaya. ¿Qué esperaban? ¿Qué mandaran a los Boy Scouts a arrestarlo?

No es difícil sumar aspectos positivos a las lecciones en contra del presidencialismo abusivo, filosofía de dudosa reputación jurídica, pero aceptada por todos los “derechistas”. Entre ellos, que la marcha de los eventos en Honduras, difícil como fue, termina siendo, no sólo institucional, sino evitando un verdadero baño de sangre entre hermanos. Lo que casi ningún “derechista” ha notado es que las instituciones hondureñas echaron manos de los mecanismos internos que la Constitución sugiere para la destitución de un presidente, sin enlutar a la nación. Si la Constitución Hondureña es perfectible o no, ese es otro cantar.

Hace muchos años, Honduras estableció, constitucionalmente, la no reelección, precisamente, por la falta de rendición de cuentas y por los abusos, como en Guatemala. Invocar el caso Americano o Costarricense esta fuera de lugar, porque la ley de esos países "cree" poder controlar los arrebatos presidencialistas. En el caso de Honduras, no era una inocente pregunta la que hacía Zelaya. Buscaba la reelección, con las señas que en ese camino le daban titiriteros extranjeros. Incluyendo el clientelismo "comprapobres". Mientras el pueblo sufriría, en repetidos mandatos, más de lo mismo: ABUSOS. Por eso, es a todas luces heroico, lo que las instituciones hondureñas acordaron.

1 comentario:

  1. Amigo Guillermo,totalmente de acuerdo.
    Mira como están hoy los acontecimientos por un capricho chavista y por unas elecciones de Secretaría de la OEA donde el actual quiere continuar en el cargo con el apoyo latino-americano que Chávez le inyecte.
    A él le intersa mantener a Zelaya,¡claro! para que Chávez le arrime los votos que necesita asegurar.
    Esto no es más que un lío político donde Chávez quiere demostrar dominio con la cuerda conque maneja las marionetas en Bolivia, Ecuador, Argentina, Paraguay, Nicaragua.
    Nadie está pensando en el pueblo "de a pie" como decimos aquí, que es al fin quien queda en las calzadas arropado por banderas ensangrentadas.

    Voy a subir su opinión a mi blog para que otras personas la lean y la llevaré a mis notas en facebook.
    Dirección:http://inesdecuevas.blogspot.com

    Abrazos solidarios.

    ResponderEliminar