Hambre e inflación movieron a las masas a un largo proceso de cambio. El 11 de Julio de 1789, tras comprobar la indiferencia del monarca, explotó la Revolución Francesa, con la toma de la Bastilla. Este mes, la gesta francesa se halla de aniversario. La reflexión sobre la libertad viene de las civilizaciones griega y romana, como de la tradición cristiana. Pero la Revolución Francesa le dio un giro secular. La libertad que nace de la razón, sin tradición, sin moral, es ahora libertad “liberada”.
Lutero había hablado de la libertad de conciencia, ante Carlos V, en 1521. Los prusianos, tras el crecimiento del sector público que amenazaba a las libertades personales, acuñaron el termino Reghtsstaat, Estado de Derecho, en 1871. Lo definen como la protección de los derechos individuales, anteriores y superiores al Estado.
Un siglo después de la explosión gálica, se vio que ella podía también ahogar esos derechos. El giro que elimina la tradición y la moral puede convertir al ser humano en mero dato de la ingeniería social. El énfasis en la razón ordenadora y el positivismo de August Comte, llevado al Derecho, hízo de las normas “el dato” par excellance. La ley es lo que cuenta no tanto su origen. Jean de Bodine había justificado la ley sin el consentimiento de los gobernados. Ella puede ser superior a la persona humana y a sus derechos, en nombre de otro dato positivo, el pueblo. Así lo probarían con creces las “Leyes de Nüremberg” (1935) y las Constituciones de los Estados marxistas del siglo XX.
La verdadera libertad termina en donde empieza el derecho ajeno, coincidieron griegos y romanos. La pone en riesgo aquello que puede coartar la acción deliberada, respetuosa del derecho ajeno y de la ley. De donde, libertad es la ausencia de coacción del Estado abusador o del delincuente. En Iberoamérica, la libertad termina en dónde empieza la vida por permiso del derecho positivo, destacado por H. Kelsen (1927).
Hoy, regímenes autoritarios disfrazan la "libertad" con leyes malas. El control de un hombre o de una ley produce los mismos resultados. Pregonan la libertad soberana del Estado, mientras coartan las libertadas de la persona, obligándola a vivir por permiso.
Las revoluciones que triunfan, tarde o temprano, descubren que la ley es el coto a la monarquía. En Iberoamérica, las oligarquías se funden con el caudillismo de izquierdas y derechas, precisamente por no entender el papel de la ley, único valladar a toda entromisión.
Sobrevive mejor la libertad en donde: 1. se da la verdadera separación de poderes; no en la “república” que hace monarca al ejecutivo. 2. La administración pública se encuentra bajo el examen forense de un Fiscal General y de un Contralor de Cuentas independientes; y no bajo los largos tentáculos del presidencialismo.
3. También requiere separar mas cabalmente, en el poder legislativo, las Cámaras y jurisdicciones de lo público y de lo privado. Esto en vez de una legislación afanada en hacer de cada acto de los ciudadanos un hecho político bajo el escrutinio de alguna ventanilla del Estado.
Finalmente, 4. el fortalecimiento del poder judicial, en su presupuesto, e independencia en el nombramiento de sus jueces, que aplican la misma ley a todos. Estos elementos son la base de la reforma constitucional propuesta a los guatemaltecos por Proreforma. Esa es la génesis de la verdadera Libertad, Igualdad y Fraternidad, y el ajuste republicano al largo capítulo iniciado hace doscientos veinte años en Francia.
domingo, 26 de julio de 2009
martes, 21 de julio de 2009
¿Puede el despilfarro de recursos reducir la pobreza?
La preferencia de todo gobierno, sea socialista o no, es tener mayor cantidad de dinero para gastar más. Es una tendencia natural proyectar la preferencia de las personas reales, sobre la institución que esa persona maneja: prefiere tener más que menos; y prefiere tenerlo hoy y no mañana. Así las instituciones estatales y los gobiernos, prefieren gastar hoy antes que ahorrar.
Pero la gran diferencia se suscita cuando se cree tener argumentos morales para gastar. En ese sentido, se cree que ejecutar presupuesto para mitigar la pobreza de los más débiles es moralmente más aceptable que dejar de hacerlo. Yendo un paso mas allá, se considera moralmente inaceptable cuestionar el gasto a favor de los pobres.
Por supuesto, el gasto es un elemento de la economía y debe estudiarse dentro de esa disciplina, en función no solo de las razones humanitarias que lo causan. Debe considerarse su sostenibilidad, su utilidad y su duración. Por eso, surgió, en los años 50s, en los tratados de la Comunidad Europea de Naciones, una nueva palabra la “subsidiaridad” y una nueva justificación para ella, “los compensadores sociales”. En aras de lo uno y lo otro se establecía que el Estado podía cumplir su misión mediante intervenciones limitadas para ese fin. Los orígenes filosóficos de esos conceptos se hayan en la doctrina social de la Iglesia Católica.
El Estado Benefactor, de mediados de los años 70s, en el siglo XIX, fue una creación del canciller Otto Von Bismarck, con miras a integrar a las masas de trabajadores industriales al recién formado Estado Alemán, prometiéndoles seguridad social, beneficencia y equidad social. Esos son los orígenes prácticos del estado de bienestar. La propuesta cundió entre los diseños del Estado europeo. A eso es a lo que llamamos cerrar la brecha relativa entre ricos y pobres. Pero educación, salud y desarrollo para todos, requiere, por lo menos, una cultura de productividad; sino mas, demanda haber creado riqueza en siglos anteriores. De otra manera, ¿cómo se pagan dichos servicios?
Sin esa cultura de responsabilidad se abusará del dar y del recibir. Los programas de gobierno se abusan por esa irresponsabilidad. Abusan quienes ven en ellos la oportunidad de corrupción y clientelismo para fines electoreros. Abusan los que se dejan querer así, sugiriéndose mercado electoral. En otras palabras, son meros ejercicios políticos, en donde quien sale esquilmado es el Pueblo. Entre mas expropian mas tiránicos se vuelven y mas empobrecen. De modo que la compasión del Estado siempre es inversamente proporcional a las libertades sociales y al desarrollo. Mi familia progresa, solidaridad etc., son programas “comprapobres”.
Las buenas intenciones son loables, pero evidentes son también, los malos resultados de las buenas intenciones. Además, no hay solo buenas intenciones. También las hay muy mezquinas y ambiciosas: Zelaya, Chávez, Correa, Morales y Ortega, esconden aspiraciones monárquicas tras el rostro de los pobres. Tenaza segura es comprar a las instituciones para hacerse monarca.
La solidaridad, como la moral, es asunto de personas reales y no de personas jurídicas. Hacer del Estado cual persona, no le exige responsder por los medios que maneja, y si es una opción política interesada. Dos tipos de socialismos hay en el continente. Los que ven al Estado como fuente de subsidiaridad, piden poder limitado y ofrecen promesas sociales limitadas, a la vez que son más respetuosos de la libertad humana. Luego están los reyezuelos, que piden poder ilimitado y ofrecen promesas ilimitadas, pero son mas abusivos en sus aspiraciones monárquicas. A unos y otros hay una verdad que les explota en el rostro: El dinero no alcanza para todo ni para todos. Por eso, las rondas de sacrificio que se exigen son mayores y cada vez más opresivas. Ademas, todos roban.
La riqueza se crea y se distribuye “económicamente”. Creando empleo, exportando y pagando impuestos, salarios, rentas y demás. Se crea de las necesidades que satisfacemos en otros países. Sin eso, seguiremos siendo pobres y dependientes de la misericordia –muy cara-- del Estado. Y no habrá riqueza nueva, sino sólo cambio del dinero, de un bolsillo al otro.
Pero la gran diferencia se suscita cuando se cree tener argumentos morales para gastar. En ese sentido, se cree que ejecutar presupuesto para mitigar la pobreza de los más débiles es moralmente más aceptable que dejar de hacerlo. Yendo un paso mas allá, se considera moralmente inaceptable cuestionar el gasto a favor de los pobres.
Por supuesto, el gasto es un elemento de la economía y debe estudiarse dentro de esa disciplina, en función no solo de las razones humanitarias que lo causan. Debe considerarse su sostenibilidad, su utilidad y su duración. Por eso, surgió, en los años 50s, en los tratados de la Comunidad Europea de Naciones, una nueva palabra la “subsidiaridad” y una nueva justificación para ella, “los compensadores sociales”. En aras de lo uno y lo otro se establecía que el Estado podía cumplir su misión mediante intervenciones limitadas para ese fin. Los orígenes filosóficos de esos conceptos se hayan en la doctrina social de la Iglesia Católica.
El Estado Benefactor, de mediados de los años 70s, en el siglo XIX, fue una creación del canciller Otto Von Bismarck, con miras a integrar a las masas de trabajadores industriales al recién formado Estado Alemán, prometiéndoles seguridad social, beneficencia y equidad social. Esos son los orígenes prácticos del estado de bienestar. La propuesta cundió entre los diseños del Estado europeo. A eso es a lo que llamamos cerrar la brecha relativa entre ricos y pobres. Pero educación, salud y desarrollo para todos, requiere, por lo menos, una cultura de productividad; sino mas, demanda haber creado riqueza en siglos anteriores. De otra manera, ¿cómo se pagan dichos servicios?
Sin esa cultura de responsabilidad se abusará del dar y del recibir. Los programas de gobierno se abusan por esa irresponsabilidad. Abusan quienes ven en ellos la oportunidad de corrupción y clientelismo para fines electoreros. Abusan los que se dejan querer así, sugiriéndose mercado electoral. En otras palabras, son meros ejercicios políticos, en donde quien sale esquilmado es el Pueblo. Entre mas expropian mas tiránicos se vuelven y mas empobrecen. De modo que la compasión del Estado siempre es inversamente proporcional a las libertades sociales y al desarrollo. Mi familia progresa, solidaridad etc., son programas “comprapobres”.
Las buenas intenciones son loables, pero evidentes son también, los malos resultados de las buenas intenciones. Además, no hay solo buenas intenciones. También las hay muy mezquinas y ambiciosas: Zelaya, Chávez, Correa, Morales y Ortega, esconden aspiraciones monárquicas tras el rostro de los pobres. Tenaza segura es comprar a las instituciones para hacerse monarca.
La solidaridad, como la moral, es asunto de personas reales y no de personas jurídicas. Hacer del Estado cual persona, no le exige responsder por los medios que maneja, y si es una opción política interesada. Dos tipos de socialismos hay en el continente. Los que ven al Estado como fuente de subsidiaridad, piden poder limitado y ofrecen promesas sociales limitadas, a la vez que son más respetuosos de la libertad humana. Luego están los reyezuelos, que piden poder ilimitado y ofrecen promesas ilimitadas, pero son mas abusivos en sus aspiraciones monárquicas. A unos y otros hay una verdad que les explota en el rostro: El dinero no alcanza para todo ni para todos. Por eso, las rondas de sacrificio que se exigen son mayores y cada vez más opresivas. Ademas, todos roban.
La riqueza se crea y se distribuye “económicamente”. Creando empleo, exportando y pagando impuestos, salarios, rentas y demás. Se crea de las necesidades que satisfacemos en otros países. Sin eso, seguiremos siendo pobres y dependientes de la misericordia –muy cara-- del Estado. Y no habrá riqueza nueva, sino sólo cambio del dinero, de un bolsillo al otro.
miércoles, 15 de julio de 2009
“El Estado de Guatemala se organiza…” ¿para qué? ¡protegernos!
El pasado 10 de mayo, murió Rodrigo Rosenberg, de cuya muerte, en video testimonial, acusó al jefe de Gobierno, a su esposa, a un financista de su campaña y al Secretario Privado de la Presidencia. Es uno de los escándalos mas graves que ha enfrentado el Gobierno de Álvaro Colom. El Ministerio Público, puesto por Colom, es quien mas daño ha hecho al Gobierno, al rehusar hacer pesquisa alguna, averiguación alguna y tomar declaración alguna a las personas públicamente señaladas. ¡Eso haría hasta una buena foto en los medios! La comparsa del Ministerio Público ha resultado incriminatoria. Lo que pudo haberse despejado alegando que la denuncia de la víctima estaba enderezada a obligar a una investigación de los accionistas del Banco Banrural, ha llegado a convertirse ahora en “el que calla otorga”.
Ese nubarrón negro se ha tratado de despejar hablándole a élites acerca de la “salud” y la “educación”. La respuesta ha sido de júbilo porque “qué niño no quiere un caramelo”. Pero nada de esto compra la conciencia de esos mismos que, en el fondo, le creyeron a Rosemberg y nadie quiere tener por amigo, por pariente, o por vecino, a alguien así de cuestionado.
Para decirlo de una vez, la justicia y la inseguridad, son el altar en el que se sacrifican las mejores “intenciones” del Gobierno. Los continuos cambios en la jefatura de la policía y en la cartera de Gobernación, sugieren que el tema de la inseguridad no se ha logrado abordar con la “inteligencia” que se ofreció en campaña. No sólo esta fracasando el Gobierno en este punto. Atrás van los tribunales y la institucionalidad del país. Es decir, la inseguridad parece ser un terremoto que sacude toda la gobernabilidad y devora la esperanza por un mejor país.
El esfuerzo combinado de la Iglesia Católica, la Iglesia Evangélica, la Universidad de San Carlos y la Procuraduría de Derecho Humanos, hecho público el 15 de abril, un día después del asesinato de los Muza, no ha producido frutos reales. Las medidas que mostrarían avances (“la hoja de ruta”), no se han tomado y un esfuerzo que se esperaba, arrojaría resultados en pocos días, se ha convertido en una competencia de posaderas contra cerebros. Mucho fósforo, mucho papel, mucho cabildeo, sin resultados. En parte, por lo que parece ser, de nuevo, falta de claridad y de voluntad de los asesores de gobierno. Nuevas comisiones no cambiarán lo que sólo requiere “sinceridad” decidir. Le faltó liderazgo al Ejecutivo en el tema.
¿Qué queda? Todo el aliento de los guatemaltecos parece estar colgado de la CICIG. No de la creatividad, no del trabajo de sus ciudadanos, no de los logros de cada uno, sino de una Comisión Internacional de cuestionable asidero jurídico. Pero claro, cuando los ladrones ya están en mi casa y mi vida corre peligro, ya no me importa si quien viene a defenderme es mi vecino, una turba, o si son las autoridades del país. CICIG es una ilegalidad más que el Estado de Guatemala debe tragarse por su propia incompetencia frente al tema de la criminalidad. La Corte de Constitucionalidad decidió que, después del FRG, todos sus fallos son “políticos”. Así que la CICIG es el “buen vecino” con derechos. ¿Será que violando la ley nos arreglamos?
Lo desastroso es que CICIG ni es policía, ni es juez, ni es carcelero. Es una suerte de ente pesquisidor que pide leyes, pide protección, pide justicia y pide información. Pero si eso es, más o menos, lo mismo que pedimos todos y ya sabemos que no hay. ¿No es entonces CICIG el “petate del muerto” para asustar a otros mas vivos? Por eso, tampoco veo ahí el futuro de la justicia y seguridad del país. Si el Estado no integra, a los suspiros de abuelita bonachona, la fuerza coercitiva y la verdadera inteligencia, seguiremos todos viviendo en grave, muy grave peligro.
Ese nubarrón negro se ha tratado de despejar hablándole a élites acerca de la “salud” y la “educación”. La respuesta ha sido de júbilo porque “qué niño no quiere un caramelo”. Pero nada de esto compra la conciencia de esos mismos que, en el fondo, le creyeron a Rosemberg y nadie quiere tener por amigo, por pariente, o por vecino, a alguien así de cuestionado.
Para decirlo de una vez, la justicia y la inseguridad, son el altar en el que se sacrifican las mejores “intenciones” del Gobierno. Los continuos cambios en la jefatura de la policía y en la cartera de Gobernación, sugieren que el tema de la inseguridad no se ha logrado abordar con la “inteligencia” que se ofreció en campaña. No sólo esta fracasando el Gobierno en este punto. Atrás van los tribunales y la institucionalidad del país. Es decir, la inseguridad parece ser un terremoto que sacude toda la gobernabilidad y devora la esperanza por un mejor país.
El esfuerzo combinado de la Iglesia Católica, la Iglesia Evangélica, la Universidad de San Carlos y la Procuraduría de Derecho Humanos, hecho público el 15 de abril, un día después del asesinato de los Muza, no ha producido frutos reales. Las medidas que mostrarían avances (“la hoja de ruta”), no se han tomado y un esfuerzo que se esperaba, arrojaría resultados en pocos días, se ha convertido en una competencia de posaderas contra cerebros. Mucho fósforo, mucho papel, mucho cabildeo, sin resultados. En parte, por lo que parece ser, de nuevo, falta de claridad y de voluntad de los asesores de gobierno. Nuevas comisiones no cambiarán lo que sólo requiere “sinceridad” decidir. Le faltó liderazgo al Ejecutivo en el tema.
¿Qué queda? Todo el aliento de los guatemaltecos parece estar colgado de la CICIG. No de la creatividad, no del trabajo de sus ciudadanos, no de los logros de cada uno, sino de una Comisión Internacional de cuestionable asidero jurídico. Pero claro, cuando los ladrones ya están en mi casa y mi vida corre peligro, ya no me importa si quien viene a defenderme es mi vecino, una turba, o si son las autoridades del país. CICIG es una ilegalidad más que el Estado de Guatemala debe tragarse por su propia incompetencia frente al tema de la criminalidad. La Corte de Constitucionalidad decidió que, después del FRG, todos sus fallos son “políticos”. Así que la CICIG es el “buen vecino” con derechos. ¿Será que violando la ley nos arreglamos?
Lo desastroso es que CICIG ni es policía, ni es juez, ni es carcelero. Es una suerte de ente pesquisidor que pide leyes, pide protección, pide justicia y pide información. Pero si eso es, más o menos, lo mismo que pedimos todos y ya sabemos que no hay. ¿No es entonces CICIG el “petate del muerto” para asustar a otros mas vivos? Por eso, tampoco veo ahí el futuro de la justicia y seguridad del país. Si el Estado no integra, a los suspiros de abuelita bonachona, la fuerza coercitiva y la verdadera inteligencia, seguiremos todos viviendo en grave, muy grave peligro.
domingo, 12 de julio de 2009
¿Quién habla por Guatemala?
Depende del momento. En Naciones Unidos habla el embajador de Guatemala en esa instancia. Frente a los gobiernos constituidos, el país tiene también diplomáticos que hablan por Guatemala. Frente a las instancias menores como la OEA y al Sistema de Integración Centroaméricana, los presidentes y representantes toman el liderazgo correspondiente.
En toda esta enumeración de voceros, la pregunta que surge es “quién designó a Chávez como vocero de los asuntos internos de Guatemala”. El 10 de julio el Presidente de Venezuela Hugo Chávez dijo: "Me consta que hay en marcha un plan golpista contra el presidente guatemalteco (Álvaro Colom). Están buscando que militares de Guatemala sigan el patrón de Honduras".
Chávez anuncia que en Guatemala el Ejército promueve un golpe de Estado. Eso amerita plantear una queja por parte de la Cancillería de Guatemala ante la OEA por lo que se considera una ofensa a la dignidad de las instituciones del país. ¿Le solicitó el Presidente Colom esa declaración? Si el no lo aclara se pensará que así fue.
Es grave el problema que le causa internamente a Álvaro Colom esta declaración. Porque la “solidaridad” de Hugo Chávez es la fórmula mas segura para asustar a las instituciones democráticas. Dicho en el lenguaje de Chavez: “Colom, amigo el bocón esta contigo”. Eso en lugar de ayudar a la estabilidad de Guatemala, puede ser motivo de inestabilidad para el gobierno.
Feliz termómetro de lo que causa nerviosismo en Guatemala es Chávez. Queda claro en la respuesta de CACIF al recoger el guante de Chávez. ¿Qué hace el sector privado del país hablando por el Presidente, por la Cancillería y aun por el Ejército de Guatemala? Fue un desafortunado desliz. Uno casi del tamaño de la imprudencia de Chávez. Claro, como guatemaltecos todos podemos recoger el guante, pero ¿fue prudente que el sector privado de Guatemala lo hiciera?
Por otro lado, el Presidente Colom, hasta ahora, sólo ha evadido el problema político, reconociendo la solidez institucional del Ejército de Guatemala. Pero eso equivale a contestar el insulto a mi familia, felicitando a mis sobrinos en la cocina. Entre personas, quizá sea válido, no así entre Estados. Guatemala esta inserta en la vida diplomática y no puede permitírsele a mandatario alguno dar declaraciones de lo que sucede o no en nuestro país. Debe quedar constancia de las consecuencias. Eso es parte del prestigio del Estado de Guatemala.
Pero lo dicho por Chávez amerita mucho más que un intercambio de notas a nivel de cancillería. El principio de proporcionalidad sugiere que corresponde hablar al Presidente Colom, en tanto es otro jefe de Estado el que se ha pronunciado, denigrando a instituciones del país. Esta ofensa o provocación, exige que el presidente Colom responda proporcionalmente. ¿Nimiedades diplomáticas? No. Son responsabilidades que van con el puesto, que no deben extrañarle a alguien que por 12 años se convenció que estaba preparado para gobernar. El Presidente Colom no puede guardar silencio internacional sobre este tema.
De nuevo, el elefante entró a las cristalerías del vecindario, sin la motricidad fina de un mandatario. Un típico caso de chabacanería política, sin la altura, ni la moderación del solio presidencial. ¿Olvidó Chávez que es presidente y cree poder “cantinflear” sin consecuencias en política exterior? Nada raro en él. El punto es, que no lo olvide también el Presidente Colom. ¿Recuerda Chávez los improperios que dirigió al Secretario General de Estados Americanos cuando le juzgó de “intromisión” en Venezuela? A las palabras de Chávez sobre Guatemala, nada mejor que recetarle su verborrea contra el señor Insulza, de Jefe de Estado a Jefe de Estado.
En toda esta enumeración de voceros, la pregunta que surge es “quién designó a Chávez como vocero de los asuntos internos de Guatemala”. El 10 de julio el Presidente de Venezuela Hugo Chávez dijo: "Me consta que hay en marcha un plan golpista contra el presidente guatemalteco (Álvaro Colom). Están buscando que militares de Guatemala sigan el patrón de Honduras".
Chávez anuncia que en Guatemala el Ejército promueve un golpe de Estado. Eso amerita plantear una queja por parte de la Cancillería de Guatemala ante la OEA por lo que se considera una ofensa a la dignidad de las instituciones del país. ¿Le solicitó el Presidente Colom esa declaración? Si el no lo aclara se pensará que así fue.
Es grave el problema que le causa internamente a Álvaro Colom esta declaración. Porque la “solidaridad” de Hugo Chávez es la fórmula mas segura para asustar a las instituciones democráticas. Dicho en el lenguaje de Chavez: “Colom, amigo el bocón esta contigo”. Eso en lugar de ayudar a la estabilidad de Guatemala, puede ser motivo de inestabilidad para el gobierno.
Feliz termómetro de lo que causa nerviosismo en Guatemala es Chávez. Queda claro en la respuesta de CACIF al recoger el guante de Chávez. ¿Qué hace el sector privado del país hablando por el Presidente, por la Cancillería y aun por el Ejército de Guatemala? Fue un desafortunado desliz. Uno casi del tamaño de la imprudencia de Chávez. Claro, como guatemaltecos todos podemos recoger el guante, pero ¿fue prudente que el sector privado de Guatemala lo hiciera?
Por otro lado, el Presidente Colom, hasta ahora, sólo ha evadido el problema político, reconociendo la solidez institucional del Ejército de Guatemala. Pero eso equivale a contestar el insulto a mi familia, felicitando a mis sobrinos en la cocina. Entre personas, quizá sea válido, no así entre Estados. Guatemala esta inserta en la vida diplomática y no puede permitírsele a mandatario alguno dar declaraciones de lo que sucede o no en nuestro país. Debe quedar constancia de las consecuencias. Eso es parte del prestigio del Estado de Guatemala.
Pero lo dicho por Chávez amerita mucho más que un intercambio de notas a nivel de cancillería. El principio de proporcionalidad sugiere que corresponde hablar al Presidente Colom, en tanto es otro jefe de Estado el que se ha pronunciado, denigrando a instituciones del país. Esta ofensa o provocación, exige que el presidente Colom responda proporcionalmente. ¿Nimiedades diplomáticas? No. Son responsabilidades que van con el puesto, que no deben extrañarle a alguien que por 12 años se convenció que estaba preparado para gobernar. El Presidente Colom no puede guardar silencio internacional sobre este tema.
De nuevo, el elefante entró a las cristalerías del vecindario, sin la motricidad fina de un mandatario. Un típico caso de chabacanería política, sin la altura, ni la moderación del solio presidencial. ¿Olvidó Chávez que es presidente y cree poder “cantinflear” sin consecuencias en política exterior? Nada raro en él. El punto es, que no lo olvide también el Presidente Colom. ¿Recuerda Chávez los improperios que dirigió al Secretario General de Estados Americanos cuando le juzgó de “intromisión” en Venezuela? A las palabras de Chávez sobre Guatemala, nada mejor que recetarle su verborrea contra el señor Insulza, de Jefe de Estado a Jefe de Estado.
viernes, 10 de julio de 2009
Ganadores y perdedores: una actualización del caso de Honduras
El balance de pérdidas y ganancias, en el caso de Honduras, es otra forma de analizar la situación. Cada día parecen darse cambios que revelan un tablero de posiciones inquieto. Tome por ejemplo la noche del 4 de julio, la OEA fijaba una posición poco neutral, sin oír las quejas de las instituciones hondureñas, exigiendo el retorno de M. Zelaya a la presidencia. El rostro público de las cosas hasta ese primer balance era Chávez y su séquito de presidentes segundones. En esa postura inicial, ganaban Zelaya y Chávez y, perdía, aparatosamente, la institucionalidad hondureña. Eso cambió el 5 de julio.
El retorno de Zelaya a Honduras, el domingo 5 de julio, contaba con que una suerte de revuelta popular, le reinstalaría al poder, en ceremonia rápida, ahí mismo, en Toncontín. Esto estaba coordinado por Chávez, dirigiendo la operación, por Telesur, como mecanismo de sublevación in situ, con los hondureños, como carne de cañón. Una vez en el poder, empezarían las negociaciones aceitadas con la compra millonaria de voluntades. Ese sería el punto sin retorno para otro Chávez centroamericano. Zelaya, desde el avión de PDVSA, confesó a CNN que la gente no había hecho su parte, “romper la barrera del aeropuerto” para tomarlo por asalto. ¿Obstinación de Zelaya? Para nada, era parte del plan. Por eso no escuchó al Cardenal Oscar Rodríguez, ni al presidente Oscar Arias, ni al embajador de Canadá en la OEA que le recomendaron esperar. Ese día, perdieron Chávez, la OEA y Zelaya, y se fortaleció Oscar Arias.
El lunes 6 de Julio, Manuel Zelaya ponía su mirada en Washington como instancia mediadora. Ya no se trataba de instigar a la fuerza, punto fracasado el día anterior, sino de sumar a otro agente de presión más en contra de las instituciones hondureñas. La figura de Chávez se desdibuja y al apelar a la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, se obtiene como meta-mensaje el fracaso de Chávez como gestor político. Le faltó motricidad fina; respondió como "elefante en cristalería". La respuesta de Estados Unidos es increíble: resuelvan ese problema en Centroamérica. Se recomienda la mediación de Oscar Arias. El es el gran ganador, como figura pública. Micheletti gana el reconocimiento internacional de ser la otra parte en discordia. Zelaya es ahora sólo el 50% de la ecuación del poder hondureño. Chávez y su sequito quedaron afuera.
El diálogo Arias, iniciado el 9 de julio, asume que ya no es posible volver a las condiciones anteriores al domingo 28 de junio. Pero, ¿podrá creerse en ofertas como no reelección, fin del periodo el 27 de enero y no cambio a la constitución? En eso pueden creer los niños pero no los adultos. Lo que no se logró desde el aeropuerto el 5 de julio, se pondría en marcha, inmediatamente, al momento de reinstalarlo: compra de voluntades, cárcel a los opositores y la doble proclama: “triunfó el pueblo” y “los hondureños quieren a Zelaya en el poder otros 25 años”. Ese es el verdadero objetivo del retorno. La ley que violaron ayer, hoy y siempre es lo que menos les importa en todo esto.
Hasta ahora, parece que el verdadero ganador es el pueblo de Honduras que ha descubierto qué frágil es la ley frente al Poder Ejecutivo. También ganaron los artículos pétreos de la constitución hondureña, que recetan destitución a quien intenta cambiarlos. Micheletti se potenció como representante de la institucionalidad. La dupleta Chávez-Zelaya, perdió credibilidad y poder. La OEA quedó retratada como organismo alineado ideológicamente, comparsa de las aspiraciones de todo Chávez que surja en el continente, ideario connatural a una burocracia formada de “exilados políticos”. Mientras tanto, la democracia reposa una noche mas, esperando ser la verdadera ganadora en este “estira y encoge”.
El retorno de Zelaya a Honduras, el domingo 5 de julio, contaba con que una suerte de revuelta popular, le reinstalaría al poder, en ceremonia rápida, ahí mismo, en Toncontín. Esto estaba coordinado por Chávez, dirigiendo la operación, por Telesur, como mecanismo de sublevación in situ, con los hondureños, como carne de cañón. Una vez en el poder, empezarían las negociaciones aceitadas con la compra millonaria de voluntades. Ese sería el punto sin retorno para otro Chávez centroamericano. Zelaya, desde el avión de PDVSA, confesó a CNN que la gente no había hecho su parte, “romper la barrera del aeropuerto” para tomarlo por asalto. ¿Obstinación de Zelaya? Para nada, era parte del plan. Por eso no escuchó al Cardenal Oscar Rodríguez, ni al presidente Oscar Arias, ni al embajador de Canadá en la OEA que le recomendaron esperar. Ese día, perdieron Chávez, la OEA y Zelaya, y se fortaleció Oscar Arias.
El lunes 6 de Julio, Manuel Zelaya ponía su mirada en Washington como instancia mediadora. Ya no se trataba de instigar a la fuerza, punto fracasado el día anterior, sino de sumar a otro agente de presión más en contra de las instituciones hondureñas. La figura de Chávez se desdibuja y al apelar a la Secretaria de Estado, Hillary Clinton, se obtiene como meta-mensaje el fracaso de Chávez como gestor político. Le faltó motricidad fina; respondió como "elefante en cristalería". La respuesta de Estados Unidos es increíble: resuelvan ese problema en Centroamérica. Se recomienda la mediación de Oscar Arias. El es el gran ganador, como figura pública. Micheletti gana el reconocimiento internacional de ser la otra parte en discordia. Zelaya es ahora sólo el 50% de la ecuación del poder hondureño. Chávez y su sequito quedaron afuera.
El diálogo Arias, iniciado el 9 de julio, asume que ya no es posible volver a las condiciones anteriores al domingo 28 de junio. Pero, ¿podrá creerse en ofertas como no reelección, fin del periodo el 27 de enero y no cambio a la constitución? En eso pueden creer los niños pero no los adultos. Lo que no se logró desde el aeropuerto el 5 de julio, se pondría en marcha, inmediatamente, al momento de reinstalarlo: compra de voluntades, cárcel a los opositores y la doble proclama: “triunfó el pueblo” y “los hondureños quieren a Zelaya en el poder otros 25 años”. Ese es el verdadero objetivo del retorno. La ley que violaron ayer, hoy y siempre es lo que menos les importa en todo esto.
Hasta ahora, parece que el verdadero ganador es el pueblo de Honduras que ha descubierto qué frágil es la ley frente al Poder Ejecutivo. También ganaron los artículos pétreos de la constitución hondureña, que recetan destitución a quien intenta cambiarlos. Micheletti se potenció como representante de la institucionalidad. La dupleta Chávez-Zelaya, perdió credibilidad y poder. La OEA quedó retratada como organismo alineado ideológicamente, comparsa de las aspiraciones de todo Chávez que surja en el continente, ideario connatural a una burocracia formada de “exilados políticos”. Mientras tanto, la democracia reposa una noche mas, esperando ser la verdadera ganadora en este “estira y encoge”.
miércoles, 8 de julio de 2009
Lo que se protege se debilita, el auge de la pobreza
Una de las ideas mas generalizadas es que lo que se protege se fortalece. Con esa idea se protegió a las industrias en décadas pasadas. El resultado fue que las industrias que más se acogieron a ese proteccionismo fueron siempre raquíticas en su competitividad internacional. Gigantes internos fueron enanos externos. En algunos casos, se quedaron pagando a legislaturas posteriores para que les protegiera de la “pavorosa” competencia.
Aun con los hijos se ve este mismo resultado. Al hijo a quien se protege, se decide por el, se le quita la responsabilidad, más tarde, no sabe como luchar por su propio bienestar. El error cometido, resulta en un terrible daño. Eso mismo hace el gobierno, sin quererlo.
Por eso es que estos argumentos se aplican, mas que nada, a los programas de gobierno. El gobierno que decide compartir sus bienes con los pobres es bien intencionado pero poco entendedor del fenómeno que esta combatiendo. Económicamente, podrá expropiar más para repartir más, pero nunca lo expropiado alcanzará para proteger a todos, en todo sentido.
En los años 40s Argentina decidió sacar de golpe y porrazo, por medio del erario nacional, al pueblo de su pobreza. El resultado fue la profundización de la cultura de corrupción por parte de la clase política. Pero mas grave fue el aparatoso retorno de una nación del primer mundo a una del tercer mundo, cosa que sólo Argentina ha logrado con éxito. Las ideas con que protegieron a los pobres son defendidas ferozmente, aun hoy, por la mayoría de la población. Pocos reparan cuál fue el efecto de esa medicina y sólo piden aumentar la dósis de la letal droga.
Es cierto que Argentina no había sido políticamente estable, que tenía aun gente muy pobre y que estancieros e agroindustriales no tenían claro qué hacer para sacar al país de la inestabilidad política. Vino un militar “iluminado”, enamorado del nacional socialismo, propuesta aun válida, antes de Hitler, y destruyó el futuro de la nación más próspera del Sur. En lugar de perfeccionar y fortalecer instituciones democráticas, se hizo del poder total, emulando a Hitler, Franco y Musolini y en esa misma medida destruyó a la república.
El miembro fracturado del cuerpo se resguarda inmovilizándolo. Esa condición no puede durar más de lo necesario a riesgo de incapacitarlo permanentemente. Por eso, las acciones y programas de gobierno deben considerar el efecto de lo que hacen. Lo que se protege ¿se promueve?. Cuando se decide volcar la acción y recursos del Estado para proteger al débil, este termina sufriendo castración del espíritu. La persona aprende a nadar en el mar de las colas, los codazos y mercados negros y a hacer lo mínimo posible, cuando la condición se lo permita.
La pobreza es un problema moral para la persona real. Para el Estado, en cambio es un problema administrativo. Abatirla, requiere entender cómo se produce la riqueza y, no creer que basta con sacársela de la bolsa derecha para pasársela a la izquierda. Es importante entender el papel del ahorro, de la productividad, de la creación de empleo, del auge de salarios, etc. La brecha relativa entre ricos y pobres se ha cerrado en otras naciones. Así que, si la legislación es buena, puede hacerse aquí.
La corrupción también es problema administrativo y no solo moral. Ella condena a muerte a enfermos de hospitales y a la miseria a poblaciones enteras cuando hay apropiación ilícita, trafico de influencias y conspiración para delinquir. Las formas extremas matan toda iniciativa y condenan a esclavitud al pueblo, al expropiarle su fuerza de trabajo, sin que pueda defenderse. Esa degradación humana no tiene fin y su costo, equivale nada mas y nada menos, que a la pobreza misma.
Aun con los hijos se ve este mismo resultado. Al hijo a quien se protege, se decide por el, se le quita la responsabilidad, más tarde, no sabe como luchar por su propio bienestar. El error cometido, resulta en un terrible daño. Eso mismo hace el gobierno, sin quererlo.
Por eso es que estos argumentos se aplican, mas que nada, a los programas de gobierno. El gobierno que decide compartir sus bienes con los pobres es bien intencionado pero poco entendedor del fenómeno que esta combatiendo. Económicamente, podrá expropiar más para repartir más, pero nunca lo expropiado alcanzará para proteger a todos, en todo sentido.
En los años 40s Argentina decidió sacar de golpe y porrazo, por medio del erario nacional, al pueblo de su pobreza. El resultado fue la profundización de la cultura de corrupción por parte de la clase política. Pero mas grave fue el aparatoso retorno de una nación del primer mundo a una del tercer mundo, cosa que sólo Argentina ha logrado con éxito. Las ideas con que protegieron a los pobres son defendidas ferozmente, aun hoy, por la mayoría de la población. Pocos reparan cuál fue el efecto de esa medicina y sólo piden aumentar la dósis de la letal droga.
Es cierto que Argentina no había sido políticamente estable, que tenía aun gente muy pobre y que estancieros e agroindustriales no tenían claro qué hacer para sacar al país de la inestabilidad política. Vino un militar “iluminado”, enamorado del nacional socialismo, propuesta aun válida, antes de Hitler, y destruyó el futuro de la nación más próspera del Sur. En lugar de perfeccionar y fortalecer instituciones democráticas, se hizo del poder total, emulando a Hitler, Franco y Musolini y en esa misma medida destruyó a la república.
El miembro fracturado del cuerpo se resguarda inmovilizándolo. Esa condición no puede durar más de lo necesario a riesgo de incapacitarlo permanentemente. Por eso, las acciones y programas de gobierno deben considerar el efecto de lo que hacen. Lo que se protege ¿se promueve?. Cuando se decide volcar la acción y recursos del Estado para proteger al débil, este termina sufriendo castración del espíritu. La persona aprende a nadar en el mar de las colas, los codazos y mercados negros y a hacer lo mínimo posible, cuando la condición se lo permita.
La pobreza es un problema moral para la persona real. Para el Estado, en cambio es un problema administrativo. Abatirla, requiere entender cómo se produce la riqueza y, no creer que basta con sacársela de la bolsa derecha para pasársela a la izquierda. Es importante entender el papel del ahorro, de la productividad, de la creación de empleo, del auge de salarios, etc. La brecha relativa entre ricos y pobres se ha cerrado en otras naciones. Así que, si la legislación es buena, puede hacerse aquí.
La corrupción también es problema administrativo y no solo moral. Ella condena a muerte a enfermos de hospitales y a la miseria a poblaciones enteras cuando hay apropiación ilícita, trafico de influencias y conspiración para delinquir. Las formas extremas matan toda iniciativa y condenan a esclavitud al pueblo, al expropiarle su fuerza de trabajo, sin que pueda defenderse. Esa degradación humana no tiene fin y su costo, equivale nada mas y nada menos, que a la pobreza misma.
sábado, 4 de julio de 2009
"Artículos en la Constitución de Honduras, pertinentes a la destitución de M. Zelaya"
"CONSTITUCION DE LA REPUBLICA DE HONDURAS 1982"
(Decreto No. 131 del 11 de enero de 1982)
(Decreto No. 131 del 11 de enero de 1982)
TITULO I: DEL ESTADO
CAPITULO I DE LA ORGANIZACION DEL ESTADO
CAPITULO I DE LA ORGANIZACION DEL ESTADO
Artículo 2.-
La soberanía corresponde al pueblo del cual emanan todos los poderes del Estado que se ejercen por representación. La suplantación de la soberanía popular y la usurpación de los poderes constituidos se tipifican como delitos de traición a la Patria. La responsabilidad en estos casos es imprescriptible y podrá ser deducida de oficio o a petición de cualquier ciudadano.
Artículo 4to .-
"La alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República es obligatoria. La infracción de esta norma constituye delito de traición a la Patria".
Artículo 40.-
Son deberes del ciudadano: Cumplir, defender y velar porque se cumplan la Constitución y las leyes.
CAPITULO VI DEL PODER EJECUTIVO
La soberanía corresponde al pueblo del cual emanan todos los poderes del Estado que se ejercen por representación. La suplantación de la soberanía popular y la usurpación de los poderes constituidos se tipifican como delitos de traición a la Patria. La responsabilidad en estos casos es imprescriptible y podrá ser deducida de oficio o a petición de cualquier ciudadano.
Artículo 4to .-
"La alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República es obligatoria. La infracción de esta norma constituye delito de traición a la Patria".
Artículo 40.-
Son deberes del ciudadano: Cumplir, defender y velar porque se cumplan la Constitución y las leyes.
CAPITULO VI DEL PODER EJECUTIVO
Articulo 239.-
"El ciudadano que haya desempeñado la titularidad del Poder Ejecutivo no podrá ser Presidente o Designado. El que quebrante esta disposición o proponga su reforma, así como aquellos que lo apoyen directa o indirectamente, cesarán de inmediato en el desempeño de sus respectivos cargos, y quedarán inhabilitados por diez años para el ejercicio de toda función pública".
CAPITULO X DE LAS FUERZAS ARMADAS
Articulo 272.-
"Las Fuerzas Armadas de Honduras, son una Institución Nacional de carácter permanente, esencialmente profesional, apolítica, obediente y no deliberante. Se constituyen para defender la integridad territorial y la soberanía de la República, mantener la paz, el orden público y el imperio de la Constitución, los principios de libre sufragio y la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República".
TITULO VII: DE LA REFORMA Y LA INVIOLABILIDAD DE LA CONSTITUCION
CAPITULO I DE LA REFORMA DE LA CONSTITUCION
Articulo 374.-
No podrán reformarse, en ningún caso, el artículo anterior, el presente artículo, los artículos constitucionales que se refieren a la forma de gobierno, al territorio nacional, al período presidencial, a la prohibición para ser nuevamente Presidente de la República, el ciudadano que lo haya desempeñado bajo cualquier título y el referente a quienes no pueden ser Presidentes de la República por el período subsiguiente.
jueves, 2 de julio de 2009
¿Es posible deponer a un presidente centroamericano?
¿Qué hacer con un presidente, constitucionalmente electo, que decide sistemáticamente violar la ley? Esa es la pregunta filosófica y muy práctica frente a los hechos en Honduras. El caso es importante en esa luz, porque los representates del pueblo, se la jugaron frente al presidencialismo, modelo político propio de Honduras e Iberoamérica.
No es secreto que, precisamente, muchos de los que hoy gritan, justicia, justicia, justicia, son los mismos que violan la ley en sus respectivos países (¿Aló, aló, SICA?; ¿hola, hola, ALBA?; ¿bueno, bueno, Río?). Hoy se rasgan las vestiduras, buscando honrar la ley, en la cual, han dado repetidas muestras, de no creer.
Quizá, lo que verdaderamente, se logró, sea algo mas que una salida al problema político que plantean las facciones en un país. Sugiero que, el verdadero logro, es decantar el problema de fondo, que consiste en el “crónico problema legal” del presidencialismo.
La gran lección es la sensibilización a todos los “derechistas”, que ahora son todos, en tanto exigen salidas conforme a “Derecho”, sobre la fragilidad de la ley cuando del poder ejecutivo se trata. ¿Tienen los “derechistas” razón? Si y solo si, era posible juzgar a Manuel Zelaya en Honduras.
Pienso en dos cosas muy puntuales. Una es que el “presidencialismo” es una de las grandes fuentes de relativización de la ley. El presidente, en la práctica política centroamericana, resulta ser más grande que la justicia; tiene más prerrogativas fácticas a su servicio; y puede comprar voluntades legislativas, judiciales y políticas, con el dinero del pueblo. Eso de que “puede”, no es mero modo “potencial”, es real, sucede todo el tiempo.
El segundo punto, es que esa fuerza neta o poder coloca al presidente en una posición intocable. Es Comandante del Ejército; Jefe del Ministro del Interior que controla la policía. Su palabra es ley y, un gesto, basta para salir a la guerra en su defensa personal. Por eso, es ridículo culpar al ejército en este concierto bien sintonizado de acuerdos institucionales en contra de Zelaya. ¿Qué esperaban? ¿Qué mandaran a los Boy Scouts a arrestarlo?
No es difícil sumar aspectos positivos a las lecciones en contra del presidencialismo abusivo, filosofía de dudosa reputación jurídica, pero aceptada por todos los “derechistas”. Entre ellos, que la marcha de los eventos en Honduras, difícil como fue, termina siendo, no sólo institucional, sino evitando un verdadero baño de sangre entre hermanos. Lo que casi ningún “derechista” ha notado es que las instituciones hondureñas echaron manos de los mecanismos internos que la Constitución sugiere para la destitución de un presidente, sin enlutar a la nación. Si la Constitución Hondureña es perfectible o no, ese es otro cantar.
Hace muchos años, Honduras estableció, constitucionalmente, la no reelección, precisamente, por la falta de rendición de cuentas y por los abusos, como en Guatemala. Invocar el caso Americano o Costarricense esta fuera de lugar, porque la ley de esos países "cree" poder controlar los arrebatos presidencialistas. En el caso de Honduras, no era una inocente pregunta la que hacía Zelaya. Buscaba la reelección, con las señas que en ese camino le daban titiriteros extranjeros. Incluyendo el clientelismo "comprapobres". Mientras el pueblo sufriría, en repetidos mandatos, más de lo mismo: ABUSOS. Por eso, es a todas luces heroico, lo que las instituciones hondureñas acordaron.
No es secreto que, precisamente, muchos de los que hoy gritan, justicia, justicia, justicia, son los mismos que violan la ley en sus respectivos países (¿Aló, aló, SICA?; ¿hola, hola, ALBA?; ¿bueno, bueno, Río?). Hoy se rasgan las vestiduras, buscando honrar la ley, en la cual, han dado repetidas muestras, de no creer.
Quizá, lo que verdaderamente, se logró, sea algo mas que una salida al problema político que plantean las facciones en un país. Sugiero que, el verdadero logro, es decantar el problema de fondo, que consiste en el “crónico problema legal” del presidencialismo.
La gran lección es la sensibilización a todos los “derechistas”, que ahora son todos, en tanto exigen salidas conforme a “Derecho”, sobre la fragilidad de la ley cuando del poder ejecutivo se trata. ¿Tienen los “derechistas” razón? Si y solo si, era posible juzgar a Manuel Zelaya en Honduras.
Pienso en dos cosas muy puntuales. Una es que el “presidencialismo” es una de las grandes fuentes de relativización de la ley. El presidente, en la práctica política centroamericana, resulta ser más grande que la justicia; tiene más prerrogativas fácticas a su servicio; y puede comprar voluntades legislativas, judiciales y políticas, con el dinero del pueblo. Eso de que “puede”, no es mero modo “potencial”, es real, sucede todo el tiempo.
El segundo punto, es que esa fuerza neta o poder coloca al presidente en una posición intocable. Es Comandante del Ejército; Jefe del Ministro del Interior que controla la policía. Su palabra es ley y, un gesto, basta para salir a la guerra en su defensa personal. Por eso, es ridículo culpar al ejército en este concierto bien sintonizado de acuerdos institucionales en contra de Zelaya. ¿Qué esperaban? ¿Qué mandaran a los Boy Scouts a arrestarlo?
No es difícil sumar aspectos positivos a las lecciones en contra del presidencialismo abusivo, filosofía de dudosa reputación jurídica, pero aceptada por todos los “derechistas”. Entre ellos, que la marcha de los eventos en Honduras, difícil como fue, termina siendo, no sólo institucional, sino evitando un verdadero baño de sangre entre hermanos. Lo que casi ningún “derechista” ha notado es que las instituciones hondureñas echaron manos de los mecanismos internos que la Constitución sugiere para la destitución de un presidente, sin enlutar a la nación. Si la Constitución Hondureña es perfectible o no, ese es otro cantar.
Hace muchos años, Honduras estableció, constitucionalmente, la no reelección, precisamente, por la falta de rendición de cuentas y por los abusos, como en Guatemala. Invocar el caso Americano o Costarricense esta fuera de lugar, porque la ley de esos países "cree" poder controlar los arrebatos presidencialistas. En el caso de Honduras, no era una inocente pregunta la que hacía Zelaya. Buscaba la reelección, con las señas que en ese camino le daban titiriteros extranjeros. Incluyendo el clientelismo "comprapobres". Mientras el pueblo sufriría, en repetidos mandatos, más de lo mismo: ABUSOS. Por eso, es a todas luces heroico, lo que las instituciones hondureñas acordaron.
miércoles, 1 de julio de 2009
Un decálogo para debatir
1. La pobreza no tiene causas, siempre empezamos siendo pobres y siempre podemos dejar de serlo. Cómo se sale de la pobreza ha sido ya ensayo con éxito repetidamente.
2. Lo que se protege con dadivas se debilita, por eso la beneficencia fomenta la pobreza
3. El despilfarro en programas sociales no es un acto de justicia sino es beneficencia con dinero ajeno. Las verdaderas consecuencias de eso sólo se miden a largo plazo.
4. El socialismo que expropia toda la riqueza de la fuerza de trabajo y la coloca en manos del Estado, "para solucionar el problema de todos", termina por esclavizar al ser humano.
5. El "moral hazard", o incentivo perverso de la ley, es la otra cara de las buenas intenciones que se traducen a malos resultados.
6. La creatividad humana que cerró la brecha relativa entre ricos y pobres en el siglo XIX y XX puede hacerlo de nuevo si la legislación es la correcta.
7. La riqueza si tiene causa: respetar la vida, la propiedad, los contratos y la familia, produce riqueza, gracias a la legislación correcta.
8. Los tercerismos y vías intermedias son ejercicios intelectuales y nada mas, debido a que toda la teoría esta dada y se resume en esto, la riqueza que quieres repartir tienes que crearla primero; y no la creas con la misma legislación con que la repartes... la legislación "repartidora" jamás puede producir riqueza y es, a largo plazo, empobrecedora.
9. Hablar de la beneficencia en otras sociedades, sin conocer su historia económica, ni sus limitaciones o sesgos políticos, no nos da suficiente criterio para opinar. Se requiere no sólo saber de lo que opinamos, sino reflexionar sobre la congruencia de nuestra opinión.
10. No es sólo asunto de tener ideas claras, es también de asumir compromisos responsables. El mundo no es, ni será jamás justo, ni compasivo ni bueno. Los hombres que creemos serlo, debemos empezar manifestándolo en nuestras acciones y asumiendo responsabilidad por ellas.
2. Lo que se protege con dadivas se debilita, por eso la beneficencia fomenta la pobreza
3. El despilfarro en programas sociales no es un acto de justicia sino es beneficencia con dinero ajeno. Las verdaderas consecuencias de eso sólo se miden a largo plazo.
4. El socialismo que expropia toda la riqueza de la fuerza de trabajo y la coloca en manos del Estado, "para solucionar el problema de todos", termina por esclavizar al ser humano.
5. El "moral hazard", o incentivo perverso de la ley, es la otra cara de las buenas intenciones que se traducen a malos resultados.
6. La creatividad humana que cerró la brecha relativa entre ricos y pobres en el siglo XIX y XX puede hacerlo de nuevo si la legislación es la correcta.
7. La riqueza si tiene causa: respetar la vida, la propiedad, los contratos y la familia, produce riqueza, gracias a la legislación correcta.
8. Los tercerismos y vías intermedias son ejercicios intelectuales y nada mas, debido a que toda la teoría esta dada y se resume en esto, la riqueza que quieres repartir tienes que crearla primero; y no la creas con la misma legislación con que la repartes... la legislación "repartidora" jamás puede producir riqueza y es, a largo plazo, empobrecedora.
9. Hablar de la beneficencia en otras sociedades, sin conocer su historia económica, ni sus limitaciones o sesgos políticos, no nos da suficiente criterio para opinar. Se requiere no sólo saber de lo que opinamos, sino reflexionar sobre la congruencia de nuestra opinión.
10. No es sólo asunto de tener ideas claras, es también de asumir compromisos responsables. El mundo no es, ni será jamás justo, ni compasivo ni bueno. Los hombres que creemos serlo, debemos empezar manifestándolo en nuestras acciones y asumiendo responsabilidad por ellas.
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