lunes, 14 de septiembre de 2009

Presentación del ISN a la Comisión de de Legislación y Asuntos Constitucionales Del Congreso II

A proreforma la inspira el concepto de república. La forma de organización social, históricamente probada, que en política, resulta más respetuosa de la persona humana es la república, basada en un Estado de Derecho. El aporte de proreforma lo constituye el fortalecimiento de la república, que hace posible la concordia de los órdenes, es decir, un mayor equilibrio de poderes. El propósito práctico del equilibrio de poderes es que ninguno de ellos abuse del ser humano. Por eso, entre los romanos, cuando Roma era aun república, se afirmaban también los derechos de la persona (vida, propiedad, libertad, contratos y la familia), que los prusianos llamarían mas tarde el Estado de Derecho.

En Guatemala, esos derechos están consignados en el título II, capítulo I de la Constitución, como norma petrea. Pero ¿están realmente resguardados esos derechos en la práctica? Creemos que la inseguridad ciudadana, la historia de abuso a los derechos humanos en el pasado; la violencia que ronda en nuestras calles; la falta de justicia pronta y cumplida; el uso del poder impositivo; son diversas formas en los que, en la práctica, se abusa de los derechos que la norma pétrea trata de proteger. ¿Cuál es la solución a semejantes atropellos en contra de la persona?

Fundamentalmente, la respuesta consiste en asegurar que los aspectos contenidos en el Título II, Capítulo I de nuestra Constitución, sean debidamente resguardados de los vaivenes de lo político y del desorden y desborde social. Proreforma provee una forma institucional de garantizar mejor esos derechos, fortaleciendo el Estado de Derecho, la sensibilidad jurídica en la ciudadanía y la independencia de poderes.

Proreforma fortalece las instituciones públicas y elimina sus posibles debilidades. Al Poder Ejecutivo le quita su mayor debilidad, que es la de, prácticamente, no ser responsable a nadie. Al proponer un sistema para pedir cuentas al presidente la calidad del ejecutivo sólo puede mejorar. Al Poder Legislativo le quita su mayor debilidad, la ambición de controlar la vida de la gente por medios jurídicos en vez de perfeccionar las instituciones. Al enfocarlo en el derecho administrativo le quita esa debilidad. Al Poder Judicial le quita su mayor debilidad que es la intromisión de lo político en la justicia. Y a la administración pública le quita su mayor debilidad, que es la ausencia de independencia del Contralor de Cuentas de la Nación y del Fiscal General, evitando que el presidente sea juez y parte al nombrarlos de entre sus amigos.

Para nosotros es bastante obvio que sin estos elementos de reforma constitucional no hay república. Tendremos el nombre, pero será para disfrazar una monarquía siempre peligrosa que permite la intromisión de los grupos de poder, oligárquicos y delincuenciales en la cosa pública. Nosotros no creemos que los políticos sean enemigos de la ciudadanía. Pero si la población lo ve así, debemos entender que es porque la política, sin el resguardo de la ley, es peligrosa, no sólo para los ciudadanos que vivimos hoy, sino aun para los futuros guatemaltecos, en tanto nuestro estilo personalista y poco sensible a lo jurídico, hace prevalecer los intereses personales de quienes gobiernan, por encima del interés general y aun por encima del derecho individual.

Un aspecto importante es recordar que todos los partidos políticos naufragan porque no tienen el respeto ni de sus pares, ni de la ciudadanía. ¿Por qué no pueden mostrar resultados positivos? En parte, porque la falta de equilibrio de los poderes, coloca todo lo político en una tenebrosa región, de ausencia de rendición de cuentas y de falta de transparencia. Toda la reputación nuestra como políticos, nos incluimos nosotros como Instituto, se ve cuestionada por que nuestros móviles y, muchas veces nuestras acciones, no están sujetos a la ley. Pero, si transparentamos la gestión de quienes hacen gobierno, permitiremos el éxito en la gestión de los partidos políticos, y mejores augurios para la vocación política, renovando así su reputación. Nada más honroso para ustedes y nosotros en el Instituto de servicios a la Nación.

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