lunes, 14 de septiembre de 2009

Presentación del ISN a la Comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales Del Congreso I

Agradecemos a esta honorable comisión por darnos la oportunidad de presentar el punto de vista del Instituto de Servicios a la Nación, en torno a las reformas constitucionales propuestas por Prereforma.

Este Instituto fue creado hace casi ya diez años, para promover el cambio del país por medios jurídicos y por medios políticos. Hace tres años que recibimos nuestra inscripción en el Registro de Ciudadanos como entidad cívica y política. Al surgir proreforma, nos hemos sumado a su propuesta. Hoy queremos manifestarles por qué.

No queremos señalar lo obvio, pero para dejar todas las cosas claras, quizá el primer punto es explicar por qué añoramos el cambio del país. Los guatemaltecos estamos acostumbrados a la pobreza, para la mayoría de nosotros es parte del paisaje, junto con nuestras artesanías y volcanes. Todos queremos hacer algo por resolver tan grave flagelo, pero no encontramos el camino para hacerlo.

En cuanto a nuestra sociedad, nuestro pueblo se ha hecho inestable y violento. La inseguridad campea y la muerte nos ronda a nosotros y a nuestras familias. Cuando la gente irrespeta la ley, no hay cantidad de policías ni juzgados que nos procuren seguridad.

La corrupción y el crimen organizado, ahora ya instalados en diversos grados en nuestras instituciones, han empezado a gobernarnos. Cuando el puesto público tiene un propietario ajeno al pueblo y la estructura de rendición de cuentas es incierta, las instituciones son un botín político.

Eso produce, más pobreza, violencia y subdesarrollo institucional. Y detrás de esa realidad se halla el pueblo que sufre sin entender su situación. El enfermo de cáncer, en étapa terminal, esta dispuesto a probar cualquier cosa. De eso se aprovecha la oferta política, de la desesperanza del pueblo. Nosotros somos una organización política y entendemos que esas cosas son normales, pero insufribles.

Ustedes han escuchado a una larga lista de grupos que traen objeciones a proreforma. La mayoría de ellos incomprensiblemente promoviendo el temor. Es un temor que nace no de representar las necesidades del pueblo sino de posiciones ideológicas. Porque el pueblo tendría temor, si y solo si, con las reformas, viese amenazada su libertad, su patrimonio y su prosperidad. Pero el hambre, la miseria y la muerte en la que convivimos, no puede ser la causa de esas objeciones que ustedes han escuchado. La verdadera causa es ideológica, y se ha hablado en contra de las reformas no viendo esa hambre, miseria y muerte, sino sentados, cómodamente, en puestos de reflexión que son verdaderas trincheras ideológicas.

¿Somos nosotros de la trinchera opuesta? De ninguna manera. Creemos que Proreforma no tiene una propuesta de ideología sino de principios. La ideología trata de promover ideas para alcanzar el poder y mantener el poder. En el caso de Proreforma no se trata de eso. Se trata de invitar a toda la población a someterse a los principios que, desde épocas antiguas, se consideraban la esencia de las normas jurídicas: principios generales, abstractos, aplicables a todos, que no privilegian a nadie en particular, pero que a la vez hacen posible el desarrollo de todos en general.

La fortaleza de un país es su clase media. Eso es lo que nos indica si se está achicando la brecha relativa entre ricos y pobres. Ninguno de los grupos que nos ha visitado viene hablando en nombre de los pobres del país, que necesitan empleo, que necesitan seguridad y que necesitan servicios, no en la capital de Guatemala, sino el empleo que se crea en gran escala en el interior del país.

Ustedes honorables legisladores, seguirán oyendo argumentos en contra de proreforma. Algunos incluso amenazando que si ordenamos nuestras instituciones como recomienda Proreforma, esto causará una guerra civil en Guatemala. Otros acusando a la propuesta de exclusión, apoyada en el argumento absurdo del silencio. Como Proreforma no toca los artículos, que ya nuestra Constitución contiene sobre los pueblos indígenas, entonces se le acusa de excluyente. Falacia, en la que no tocar, se interpreta por excluír. Lo que se esconde es que los grupos que se oponen, son los que buscan algún privilegio, unos para su trabajo entre grupos étnicos, otros para su proyección como ONGs, otros para prolongar su existencia como ecologistas.

Por eso una de las primeras manifestaciones en la propuesta es el contenido del artículo 157 que en una de sus partes reza así: “En ningún caso el Senado o la Cámara de Diputados emitirán Ley o decretos arbitrarios o discriminatorios, en los que explícita o implícitamente se concedan prerrogativas, privilegios o beneficios que no puedan disfrutar todas las personas que tengan la oportunidad de hacerlo.” Esta es la primera vez la historia de Guatemala que una constitución explícitamente dice esto, y luego se propone hacerlo realidad, por medio de una serie de controles cruzados en el texto constitucional.

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