La promesa de campaña del Presidente Obama, la reforma del sistema de salud, es ahora uno de sus más enconados frentes de batalla. Es el Irak del presidente Bush. Se oponen los ciudadanos que usan principalmente el sistema, los adultos mayores. Pero no sólo ellos, también aquellos que creen que el sistema se volverá restrictivo, con un nuevo árbitro entre el usuario y los médicos, el sistema estatal. Los town hall meetings, fire side chats y demás, se han volcado en contra del plan de reforma al sistema de Salud, por considerarlo estatista.
No falta quienes digan que no se trata del plan de reforma, que el asunto es político. Sugieren que lo que perdieron en las urnas, ahora tratan de cobrárselo al presidente en la reforma. Pero surge, una y otra vez, en esa diversidad de opiniones, que los americanos están satisfechos con su sistema de salud y no quieren al Estado como juez, interventor o calificador del sistema.
También, se dice abiertamente que lo que le molesta al presidente son las ganancias de las aseguradoras. Pero más allá de eso, el presidente parece tener poca conciencia de que el sistema de salud es uno de los mejores del mundo. Es ahí en donde la controversia se suscita. Mejor ¿para quien? Ciertamente para los usuarios. Los beneficios para los médicos y los seguros son el incentivo y dependen de cómo los usuarios califican su servicio.
¿Hay pobres sin seguro? ¿Hay ancianos sin seguro? ¿Hay gente haciendo mucho dinero con este sistema? Las objeciones son en parte ciertas. ¿Cómo lograr la cobertura, sin pago, para menos del 10% de esa población de 305 millones? Eso seguirá siendo un desafío social, político y económico. Pero, ¿cómo se intenta cubrir a esa minoría de extranjeros y ancianos sin seguro, con lo que dejen de percibir las aseguradoras y los médicos especialistas? eso, ni esta claro, ni le suena bien a los usuarios satisfechos, que son la mayoría, poco mas del 90% de la población.
Invocar la medicina social inglesa, alemana, sueca o francesa es retroceder. En España hay miles esperando primera consulta con el especialista e igual número esperando cirugías. Canadá, los vecinos al norte, no son un gran ejemplo. Según estadísticas, tienen un millón de personas esperando primera consulta con especialista y un millón esperando ser intervenidas. Es decir, cerca del 6.5% de una poblacion de 33 millones, no tiene acceso pronto a los servicios de salud.
El doctor Brian Day, ortopedista, y expresidente de la Asociación de Médicos del Canadá, hizo importantes observaciones en el Fox Channel. Aseguró que la mayoría de médicos canadienses consideran que el sistema americano funciona mejor. También dijo que el sistema Canadiense es caro e ineficiente por lo siguiente: el 70% de los asegurados necesitan obtener un coaseguro para cubrir los medicamentos. Explicó que tanto los accidentes automovilísticos, los accidentes laborales y las enfermedades coronarias ¡no están cubiertas por el sistema de salud! De modo que esas emergencias son pagadas o coaseguradas por el paciente. Súmese a esto, el problema de acceso, que el Dr. Day, calificó como la mayor desventaja del sistema.
Me parece que esta es la información que los usuarios norteamericanos conocen y no les gusta. No cabe duda que es penoso que personas mueran por falta de atención en salud. La pregunta es si lo que propone el Presidente Obama mejorará las cosas no solo en relación a Europa y Canadá, sino en relación a Estados Unidos mismo. Los americanos creen que no. Chavez dijo que Obama nacionalizó la industria automovilística; ahora parece nacionalizar los servicios de Salud. Todo esto, mientras la mayoría de americanos pueden conseguir una cita con su médico en una hora. Como dicen en el norte: Mr. Obama, if ain’t broke, don’t fix it!
domingo, 23 de agosto de 2009
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