domingo, 28 de junio de 2009

La pobreza, selectiva ignorancia económica (Parte III)

A quienes no se les puede entender, ni perdonar estas elecciones temporales de ignorancia es a los políticos, especialmente, a los economistas. ¿Por qué los hombres de ciencia habrían de cegarse temporalmente? Primero, para no perder la aceptación en círculos intelectuales; segundo, para no ser tenidos por tontos o ingenuos frente a los enemigos de la "oligarquía". Tercero, por las orejeras con las que fuimos formados. Esa es la ley de la tierra. No tenemos la visión lateral que nos permite salirnos de nuestro "pellejo" para ver las cosas de otra manera. Es éste un asunto prohibido, porque queremos parecer inteligentes; y porque, pensar diferente creemos que es una violación del código de solidaridad, en la caza de culpables que la justicia nos exige.

Frente a la creación de riqueza, preferimos creer en la economía como un juego de suma cero; que la riqueza de unos se debe a la pobreza de otros; frente a la utilidad marginal, preferimos creer en la idea del valor trabajo; frente al fenómeno evidente de la clase media, que achica la brecha relativa entre ricos y pobres, preferimos afirmar que los trabajadores están explotados; frente al intercambio entre individuos, que se deshacen, unos de su dinero para conseguir los bienes y servicios de otros países para venderlos, preferimos hablar del injusto intercambio entre naciones y del desequilibrio en la balanza comercial.

Frente a la ley de asociación que dice que cuando dos individuos aportan su trabajo a la sociedad es posible que ambos obtengan, incluso más de lo que cada uno aportó, nosotros preferimos hablar de oprimidos y opresores. Si sabemos que la escasez y necesidad determinan el precio de los bienes, nosotros preferimos hablar de la ambición desmedida de los comerciantes. La lista podría continuar, pero eso es mucho mas que ignorancia temporal; son mentiras y manipulaciones en nombre de la supuesta solidaridad y de la caza de culpables de las causas de la pobreza.

Estas páginas existen para denunciar los obstáculos a la riqueza, que son legales pero también ideológicos. Por eso insistimos en decir, que los ricos de hoy, hace muchos años, fueron pobres. Y que si ellos pudieron salir con leyes efectivas que protegen al ser humano, con productividad y con creatividad, de su pobreza, ¿por qué no podemos repetir ese fenómeno? ¿Por qué distraernos criticando el éxito de otros en vez de imitarlo?

No hay comentarios:

Publicar un comentario