Cuando usted mete su mano en el bolsillo o saca de su billetera dinero, no piensa en las implicaciones de lo que mencionaremos aquí. Seguro que lo que ha sabido sobre el dinero es tan antiguo como su vida misma y por eso no piensa en él de manera diferente. Primero, es interesante pensar que el dinero no siempre ha tenido la forma que hoy tiene. Anterior a esta forma el dinero era toda aquella mercancía de la que me podía deshacer para intercambiarla por otra. Exacto, eso se llama trueque y eso fue el dinero antes de lo que conocemos hoy. Pieles, cacao, metales o animales fueron moneda a la vez que eran bienes de consumo.
Pero ¿cuál era el propósito del dinero originalmente? Debido a los problemas que el trueque generaba, la gente descubrió la moneda como medio de intercambio. El dinero tenía como propósito poder separar el acto de comprar del acto de vender. A eso le llamamos facilitar el intercambio. Otro propósito era tener un depósito de valor desde el cual poder descargar tu riqueza para poder comprar y poder vender en cualquier momento sin sufrir pérdida de valor, con transacciones a lo largo del tiempo. Así se guardaba el valor de un día para otro, para poder hacer uso del dinero. Finalmente, el otro propósito era hacer posible el cálculo económico. En otras palabras, servir como unidad de cuenta para saber cómo invertir, cuanto gastar y a qué precio vender para tener ganancias.
Segundo, a finales del siglo XIX la institución del dinero sufrió un cambio. La discusión en el siglo XVIII y XIX había sido como se respaldarían la emisión de moneda, por un lado, y los ahorros, por el otro, con el 100% de reservas; no se discutía si eso era bueno o deseable, sino cómo lograrlo. Pero al final del siglo XIX, cuando esa misma discusión se planteó de nuevo, en lugar de evidenciar los daños que las reservas fraccionarias causarían al patrimonio, se descartó la discusión de modo triunfalista. No pasó mucho tiempo para que el sector público asumiera como cosa propia el control de la emisión de moneda y se olvidara de la discusión de la expansión del crédito por medio de los depósitos a la vista.
Tercero, el sector público con la concentración de poder, de la emisión monetaria y de la voluntad política para hacer uso de ella a su antojo, empezó a experimentar con la moneda expandiendo el dinero en poder del público. Esto interfirió en los precios, afectando a todos los bienes relativamente, es decir, suben los productos pero no los salarios (ambos son precios), pero no suben igual. Tras esa distorsión de precios el dinero perdió su papel como herramienta útil para que el consumidor soberano se pronuncie sobre qué productos satisfacen o no al consumidor.
Cuarto, el gran cambio que sufrió la filosofía del dinero en manos del sector público fue la de utilizarlo para dar créditos sin que antes hubiese ahorros; también para financiar las deudas de manera mas barata, digamos a inversionistas ineficientes; pero, de manera especial para financiar el gasto “beneficioso” del Estado.
Así, se re definió el dinero facilitando el pago de las deudas de los insolventes, facilitando la descarga de la producción ineficiente, e imponiendo la idea de que el Estado puede usar el dinero en "función política," independientemente del mercado, dado que es él quien lo emite. El resultado de eso ha sido que el consumidor ha perdido la capacidad de premiar a los productores eficientes (inflación); de igual manera, el Estado sufre de gigantismo con su uso político de la moneda (elevado gasto público) y, finalmente, se ha hecho difícil el cálculo económico (burbujas económicas).
Nuestra idea es devolverle el dinero a la población. El dinero no tiene nacionalidad, ni expresa soberanía, como tampoco lo expresa la carne o las verduras que se consumen en una región o país. Si las pieles, el cacao, los metales y animales, la moneda de ayer, fueron propiedad privada, no veo porque la emisión de la moneda hoy no pueda serlo. Detrás de la lucha contra la inflación lo que se haya es un argumento a favor de la protección de los derechos de propiedad de todos los ciudadanos. Sacar al gobierno de la emisión de moneda no quiere decir facilitar el pillaje; quiere decir, basar la emsisón en confianza, confianza y mas confianza en vez del curso forzoso.
Nuestra idea es devolverle el dinero a la población. El dinero no tiene nacionalidad, ni expresa soberanía, como tampoco lo expresa la carne o las verduras que se consumen en una región o país. Si las pieles, el cacao, los metales y animales, la moneda de ayer, fueron propiedad privada, no veo porque la emisión de la moneda hoy no pueda serlo. Detrás de la lucha contra la inflación lo que se haya es un argumento a favor de la protección de los derechos de propiedad de todos los ciudadanos. Sacar al gobierno de la emisión de moneda no quiere decir facilitar el pillaje; quiere decir, basar la emsisón en confianza, confianza y mas confianza en vez del curso forzoso.