Dentro del mundo ingles, había un rincón, entonces subdesarrollado, en donde la gente era aun más libre que los mismos ingleses de Inglaterra. Se trata de los ingleses americanos, de Massachussets, de Rhode Island, de Virginia, y para defender esa libertad inglesa, lucharon contra los ingleses de Inglaterra y a eso le llamamos la guerra de Independencia de Estados Unidos.
Así el mundo anglosajón se adelantó al resto del mundo con la idea de la libertad. Son los mas liberales y, tras la Independencia de EEUU en 1776, treces años después, vendrá la Revolución Francesa, 1789, hablando de “liberte”, “fraternite” y “egalite”, todo esto, unos cien años después de la revolución gloriosa inglesa, de 1688.
Pero el españolísimo vocablo liberalismo, llegó a España y a Iberoamérica vía la revolución Francesa. No nos llegó la idea de la libertad inglesa sino francesa y sucedió de la manera siguiente. En España un vigoroso movimiento liberal se convirtió, en la primera parte del siglo pasado, en una guerra civil (1936-1939) entre republicanos y nacionalistas. En general, los republicanos equivalen a la línea liberal afrancesada, que es mas socialista y los rebeldes o nacionalistas a la línea conservadora, pero eso es una grosera simplificación nada más para ubicar la discusión. A eso se le llama una guerra entre liberales (socialistas) y conservadores (militares rebeldes que defienden a la corona). De los fragores de esa lucha surge este vocablo que, en España, se convirtió de Whig en “liberal”. En ingles se dice liberal; en alemán liberalismus; en italiano liberal. Se trata de una palabra castellana que desde la guerra civil española ha penetrado el mundo entero, con un contenido diferente.
De modo que el movimiento liberal triunfó primero en Inglaterra; después en Norteamérica; después la versión francesa, muy diferente, es, sin embargo, la que se exporta al mundo entero en el siglo XX. En cuanto a la esencia de la libertad, era muy diversa en todos esos casos mencionados: Inglaterra, 1688, Estados Unidos, 1776, Francia 1789, Iberoamérica 1810-1821, España 1939. Por ejemplo, entre los liberales de la Inglaterra decimonónica y los de Norteamérica, hay una gran diferencia.
Esa versión francesa esta como fantasma que va señalando el camino de retroceso del liberalismo, primero detrás de la primera guerra mundial; esta también detrás de la segunda guerra mundial; y también esta detrás de las revoluciones marxistas. No es la idea original de los ingleses, es otra cosa, pero es lo que se conoce y lo que se convierte en aspiración internacional. Se trata de la entrega de la soberanía en manos del "cuerpo político" de Rousseau; de crear la sociedad perfecta por medios jurídicos; de la legislación colectivista que conduce a las tiranías, bajo la justificación de un Estado nacional libre, con ciudadanos cada vez menos libres.
Podríamos decir que ese retroceso se vino dando desde de 1914 hasta 1979 que Margaret Thatcher y Ronald Regan coinciden en el poder. En las primeras tres cuartas partes del siglo 20, la libertad retrocedió y el liberalismo casi murió. No solo estaba triunfando el marxismo cada vez en mas países, sino que la ideología socialista era “the wave of the future”, en la academia, en las guerras de insurrección y en los medios de comunicación social, en donde el liberalismo estaba, totalmente, olvidado.
En efecto, liberales se llamaron también los legisladores colectivistas del siglo XX, pero su liberalismo no era liberador, ni lo es hoy dos siglos después. De esa madriguera, sin embargo, nacieron las constituciones iberoamericanas. Ese equivoco explica por qué los "liberales" colectivistas no son liberadores.
En efecto, liberales se llamaron también los legisladores colectivistas del siglo XX, pero su liberalismo no era liberador, ni lo es hoy dos siglos después. De esa madriguera, sin embargo, nacieron las constituciones iberoamericanas. Ese equivoco explica por qué los "liberales" colectivistas no son liberadores.
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