¿Señor presidente, por qué le seguimos
preguntando qué hacer a los políticos que han asesorado o han sido parte en el pasado de
gobiernos que no han logrado hacer lo que Guatemala necesita? ¿Por qué no puede
Guatemala como Georgia, Estonia y Chile crecer al 10% o más? ¿Por qué los
países que más se acercan a la libertad económica y a la certeza jurídica
tienden a crecer a más del 10%? ¿Por qué China cambió su Constitución para
incluir la propiedad privada a pesar de ser un país comunista?
Estas son preguntas de interés general para
Guatemala y no sólo para los ciudadanos sino especialmente para los políticos.
Ud. señor presidente recientemente promovió un paquete fiscal y ahora una
reforma constitucional y en ambos casos consultó con un grupo de ciudadanos que
en algunos casos tienen más de 30 años de estar en distintos gobiernos sin
jamás haber materializado los sueños que usted tiene para Guatemala. No importa
si vienen del sector privado o no. Lo que importa es qué creen acerca de la
libertad económica y de la certeza jurídica. La sospecha en el caso de muchos
de ellos es que han logrado un maravilloso acomodo para ellos como personas o
como empresarios a costa de la pobreza de las mayorías.
Por eso no podemos pasar por alto la oportunidad de esta propuesta de reforma constitucional para preguntarnos si de las mismas fuentes aparecerán nuevas y mejores soluciones. Especialmente, cuando una vez implementadas las medidas y ante los malos resultados, culparán al ejecutivo y desaparecerán en el anonimato que les brinda ser parte de grupos consultivos en donde se diluye la responsabilidad.
La Asociación Proreforma con más de 73,000 ciudadanos
honrados propuso, pacíficamente, una Reforma Constitucional al honorable Congreso
de la Republica. La propuesta incluye armonizar de mejor manera los poderes del
Estado delimitando mejor su relación política. Además se ocupa con toda
seriedad del fortalecimiento de la justicia. Establece un parámetro para juzgar
la corrupción y asegurar el éxito de la gestión de la clase política.
Finalmente, constituye una apuesta por el crecimiento económico es decir crece
la riqueza de la población y con ella los ingresos fiscales.
La propuesta fue engavetada por el Congreso. El
pleno del Congreso, único autorizado para aprobar o rechazar la propuesta,
violó los plazos jurídicos y sigue sin conocerla. La Comisión de Legislación y
Puntos Constitucionales dio un dictamen en el no solo tergiversa el contenido
de la propuesta; mas grave aun, tergiversa la ley con la que evalúa la
propuesta haciendo que se deforme la letra, el espíritu y el alma de la misma
(Consulte el dictamen de Proreforma). Por eso en los próximos días nos daremos
a la tarea de responder a los únicos interlocutores jurídicos serios que tiene
Proreforma, el Congreso de la Republica y al Presidente de Guatemala.