Por varios años consecutivo la Encuesta Libre ha recogido que los guatemaltecos tienen niveles
de preferencia y confianza por algunas instituciones. Que si los maestros, que
si los medios de comunicación social, que si las entidades internacionales, a
todas se les asigna alguna valoración por parte de los guatemaltecos y listo.
Con eso socialmente se pretende explicar porque Guatemala es lo que es. Por
supuesto, semejante simplismo asusta, pero tranquilo son los hombres de medios
los que tratan de hacer las extrapolaciones simplistas de siempre.
Una que debe tomarse con ponderación es que los
guatemaltecos le den un 65% de confianza a las iglesias, la católica y la
protestante. ¿Que se puede hacer de eso? La gente que razona con detenimiento
no hace mucho con tan poco. Es una encuesta y la encuesta no dice que la gente
viva según estos o aquellos principios, solo dice que dicho sector le parece
menos mentiroso, menos ladrón, menos corrupto o menos fuente de vergüenza nacional,
o algo por el estilo. Estos vicios por supuesto no los dice la encuesta son mi reconstrucción
para evidenciar que cualquiera con dos dedos de frente no debe sacar de eso ni
una filosofía de la vida, ni una ideología nacional y mucho menos una postura
frente al desarrollo. Piano… piano.
Por eso me sorprende que algunos se emocionen
tanto con ese dato y lo usen para desbarrar en contra de la fe religiosa. En primer lugar la fe religiosa es mucho más
compleja que la fe en cosas que no existen. Inmer Lakatos pone en el mismo
recipiente que la fe religiosa a otras hipótesis críticas que no han sido
probadas como la evolución, el realismo filosófico o el psicoanálisis de Freud.
En otras palabras, se trata de hipótesis con proyecciones futuras y no
necesariamente descartables.
El primer Popper hace lo mismo cuando considera
que las hipótesis complejas son la antesala de la comprobación concreta, de
modo que la hipótesis siempre esta a la espera de su comprobación con datos
concretos. Abona en la misma dirección Thomas Kuhn para quien el cambio de
paradigma no es un asunto cerrado por datos sino siempre abierto a diferentes
formas de comprobación. No son los datos los que definen el modelo sino la interpretación
y la forma de tomar en cuenta nuevos datos. De modo que devaluar la fe
religiosa diciendo que es creer en cosas que no se ven es una simplificación del
tema, comparable a la sobrevaloración pueril que se le de a las opiniones de la
encuesta.
Me parece que es necesario tomar con más
cuidado la historia para definir la utilidad o no de la fe religiosa. Los
griegos tenían mitología, dioses y diosas, creencias desafortunadas como la
circularidad de la historia y el pesimismo que le acompañó. De modo que
mencionar a los griegos como la edad dorada de la razón en contra de la fe religiosa
es ignorar los contenidos mismos que esa razón produjo a manos de los presocráticos,
de Platón y de Aristóteles. Los sofismas y metafísica de estos buenos hombres
eran creencias cuasi religiosas.
Sobre el renacimiento debe hablarse también con
más cuidado. Para empezar a mi me cuesta entender el renacimiento aparte de la
disputa entre realistas y nominalistas, dos visiones que tienen su contra parte
en la teología. De hecho ambas tributan al escolasticismo y al protestantismo
que se forjan en ese periodo. De modo
que arrancarle el pellejo de la religión al renacimiento es una tarea muy
peligrosa porque es querer redibujar los frescos de Leonardo da Vinci pelando
del todo el mural. La universidad, el racionalismo nominalista y la posibilidad
de una nueva visión del mundo surgieron en el marco de la fe. Si yo escojo
creer en ello o no es mi derecho pero igual mi fallo intelectual.
El siglo XIX es también un siglo interesante,
pero no por eso entregado del todo a la razón rectamente usada. Hubo en ese
periodo surgimiento de visiones cuasi religiosas como marxismo, el fabianismo, el
optimismo antropológico que era fe ciega en el hombre y el evidencialismo
empirista que era fe obstinada en el método. Aparte de expresiones religiosas
como los Testigos de Jehová o los Mormones, los hombres y mujeres del siglo XIX
también escogieron creer en un misticismo creado por el espíritu de los tiempos.
De modo que la historia tomada por los pelos puede ser obligada a decir cualquier
cosa. Mas iluminador me parece el siglo XVIII de la Ilustración escocesa pero
claro hay mucho de religión en ella como para estudiarla y aludirla. Si se
antoja interesante no deje de revisar la “Historia del pensamiento económico”
de Murray Rothbar.